...para el león negro
“El arte contemporáneo tiene un lado muy mezquino y oscuro que se presta mucho a la charlatanería, a la farsa, a la especulación con el arte, y eso lo quise poner de manifiesto en Golo, un personaje que de estar en el margen de repente se deja seducir por este mundo”, comenta Tryno Maldonado, cuya novela Temporada de caza para el león negro (Anagrama, $150) fue considerada por el jurado del Premio Herralde de Literatura 2008.
El narrador de la novela “representa el mundo de los galeristas y de los chavitos yuppies que se dejan seducir por esa otra parte que está afuera de los márgenes, sucia, con talento, la parte que encarna Golo. Lo que quise hacer fue poner en juego esos dos polos que están alrededor del mundo del arte”.
“Las artes plásticas tienen mucha ingerencia del mercado y de las cifras de dinero que se manejan y esto se presta a este tipo de fenómenos, como el caso de Basquiat, una figura que viene desde abajo, es marginal, de una minoría y a duras penas sabe leer pero que tiene talento y eso el mercado lo busca explotar”.
Pero el lado enfermo ocurre cuando “la dinámica del mercado lo suben hasta arriba, lo inflan y cuando ya no sirve lo echan para abajo y van a lo que sigue”, lo desechan.
Golo, el personaje de la novela, es un joven artista gay obsesionado con la idea de morir joven, sin una metodología ni rigor artístico para la creación pero con una sensibilidad que linda los límites de lo epifánico, un personaje que “te resulta entrañable o te caga”.
“La obsesión con su muerte joven tiene mucho que ver con como el mercado de pronto ha empezado a tasar a la juventud dándole un valor en sí misma. Ser joven y con talento ya te agrega una etiqueta más que el mercado puede vender. Pero eso al mismo tiempo conduce a la extinción, esa explotación descarnada afortunadamente en la literatura no pasa porque no se manejan las mismas cantidades de lana”.
“Nadie se libra del mercado. Al fin de cuentas lo rebelde, lo que se sale del mainstream, Nike le pone una etiqueta y dice: soy rebelde, y lo vende como producto del mercado. Bolaño es el caso más curioso, siendo marginal toda su vida termina siendo parte del mainstream después de muerto.”
“Aunque el mundo de la literatura, sobre todo en México, más que coquetear con el mercado históricamente lo ha hecho con el poder. Y esa se me hace una relación más perniciosa. Pero estoy seguro que se va a ir rompiendo poco a poco.”
No creo que “haya que satanizar la iniciativa privada dentro del arte porque a veces es mucho más noble y tiene mejores resultados ese tipo de esfuerzos.”
“La generación de los que nacimos en los 70 tiene discursos muy variados, muy ricos, de intereses muy diferentes, hay desde escritores muy conservadores y clásicos hasta otros que experimentan. Ya no es necesario pasar por el DF a besarle las manos al patriarca en turno. Aparte Octavio Paz ya se murió. Creo que de estos nuevos procesos va a surgir una literatura mucho más interesante. Estoy seguro que se va a romper todo esto.”
“Un escritor guatemalteco me decía que la literatura mexicana no tenía nada de vida porque los escritores mexicanos tienen miedo de perder sus pocos privilegios y no escriben sobre las cosas que deberían ser escritas, entonces terminan haciendo literatura muy inocua, muy ascética.”
“Me parece que en México es más arriesgada la literatura que se está haciendo fuera del centro, fuera del DF. Me parece que Heriberto Yepes es uno de los escritores más arriesgados.”