El rock que vino en 2010 y el que nos espera en 2011

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El DF, capital del espectáculo sónico y visual

Durante el año que recién termina, los chilangos pudimos disfrutar de una serie diversa y significativa de conciertos de rock (entendido por rock todo lo que va desde el sonido pop distorsionado, soft intenso, hasta el metal más duro) como hace un par de décadas era imposible de imaginar. Y esto tiene sus razones, sus problemas y sus ventajas.
Fue a inicios de la década cuando la industria discográfica recibió la primera amenaza de la virtualidad con el servidor Napster (como dato curioso en la película La red social de David Fincher, el bailarín y cantante Justin Timberlake interpreta al creador de Napster y dice que si bien los sellos discográficos ganaron la batalla legal, él cambió para siempre la industria de la música), al mismo tiempo vimos nacer a una de las primeras redes sociales, Myspace, que potencializó la difusión de bandas desconocidas, pero sobre todo hemos sido testigos del crecimiento desmesurado de los conciertos, las giras, los festivales, y hasta las ferias de música (en 2011 se realizará la primera FIM, en Guadalajara), que son la verdadera industria de la música: las que ponen al artista en cercanía con el público.

Aunque esto implica problemas adyacentes como el peso de las mayores productoras que funcionan como monopolios, el encarecimiento de los costos y la centralidad de los espectáculos, las ventajas para quienes habitan en ciudades centrales, como la Ciudad de México, son envidiables.

El 2010: lo que vimos

Para quienes vivimos en el DF y somos amantes de la música y de los conciertos masivos de rock, el 2010 es un año inolvidable que cerró con broche de oro: con el concierto The Wall, de Roger Watters.

Ocesa es sin duda el gran monstruo de organización de espectáculos pero durante este año hemos visto empoderarse a otras productoras que con tropiezos y todo han logrado un espacio. Ache producciones, Noiselab, Sicario y Arts & Crafts entre las apuestas más destacadas.
Sabemos que el gusto se rompe en géneros por eso no hacemos una lista exhaustiva sino apenas una aproximada a lo que a nuestro juicio representa algunos de los mejores conciertos del 2010:
  • Roger Watters / The Wall. El ex líder de la legendaria banda Pink Floyd interpretando en vivo uno de los más grandes discos de la historia del rock, The Wall: un espectáculo sui generis, el más grande concierto del año.
  • Arcade Fire. Una banda exquisita que se divierte y se entrega en el escenario presentó su en vivo uno de los mejores discos del 2010: The Suburbs, y encontró un eco estruendoso en las 25,000 personas que asistieron al Palacio de los Deportes, las cuales seguían cantando varios minutos después de que la banda ya había abandonado el escenario.
  • Paul McCartney. Una leyenda viviente juntó a personas de todos los estratos sociales, edades e ideologías para hacerlos recordar la gloriosa época de los 50 y 60 del siglo pasado.
  • Muse. Con un despliegue impresionante de luces y rayos láser, mostrando una planeación perfecta para presentar un espectáculo, el trío inglés liderado por Mathew Bellamy dejó plenamente satisfecho a los 50,000 personas que llenaron el Foro Sol.
  • Pixies. Un concierto más íntimo para privilegiados. Frank y compañía consintieron a los 3,000 asistentes que acudieron al Teatro Metropolitan, un día después de que cerraran el Festival Corona Capital
  • Corona Capital. Pese a sus limitaciones y grandes fallas, era necesario un concierto de aspiraciones internacionales. Una ciudad como el DF se merecía un verdadero festival del rock: ojalá se repita con los múltiples ajustes necesarios.
  • Air. Este dúo francés pisó firme por vez primera el suelo nacional en un concierto que formó parte de la gira de promoción de su último disco titulado Love 2: elegancia, versatilidad y virtuosismo resumen el impecable concierto que ofrecieron en el Auditorio Nacional.
  • Recoil. Un lobo de mar, Alan Wilder presentó en México su proyecto Recoil, con el concierto titulado A strange hour, una hora de secuencias audiovisuales impresionantes y alucinantes, en el Lunario.
  • UNKLE. El circo volador, pese a todas sus limitaciones, fue el marco perfecto para que esta banda liderada por James Lavelle, ejecutará un sonido perfecto acompañado por unas secuencias lisérgicas e inverosímiles.
  • Michael Nyman. Estilo y elegancia. En él, el rock está en el alma porque ver al gran pianista y compositor Michael Nyman festejando su cumpleaños en su ciudad adoptada, el DF, fue todo un gozo.
  • Yann Tiersen. Lo conocen por ser el genio detrás de las piezas musicales de películas como Amelie y Goodbye Lenin, pero su versatilidad y su genio parecerían quedarle grandes por su compacta fisonomía. Tiersen prendió con todo al público que acudió a los conciertos que ofreció en el Teatro de la Ciudad.
Otros conciertos: Kashmir, en el Lunario; Belle & Sebastian, en el José Cuervo Salón; Blonde Redhead, en el Teatro de la Ciudad; Phoenix, en el José Cuervo Salón; CocoRosie, en el Teatro de la Ciudad; Spoon, en el Polyforum Cultural Siqueiros; Gary Numan, en el Lunario; Nitzer Ebb, en el Lunario.

Decepción: Arctic Monkeys, en la Explanada del estadio Azteca. Uno de los conciertos más esperados por los seguidores de la música indie, que resultó un desastre.

Un 2011 prometedor y muy ruidoso

Como cada año, es seguro que en los próximos meses conozcamos nuevas sorpresas de bandas que podrían venir a nuestro país. Por lo pronto, ya hay una lista importante de conciertos a considerar para este 2011, en los que destaca la presencia de grandes solistas, dúos interesantísimos compuestos por músicos brillantes y un buen número de bandas clásicas. Enumeramos algunos de estos conciertos:

Joe Satriani
Uno de los guitarristas más importantes de la historia: sin más.
22 y 23 de enero
Teatro Metropolitan

No age
Uno de los duetos más ingeniosos de noise pop y shoegaze se presenta nuevamente en nuestro país. Música interesante y de vanguardia.
4 de febrero
Pasagüero

3o Seconds to Mars
Las jovencitas podrán babearle de cerquita al líder de la banda y actor de cine, Jared Leto, en un concierto en el que presentarán su más reciente producción discográfica, This is War.
8 y 9 de febrero
José Cuervo Salón

Ratatat
Un par de jóvenes y virtuosos guitarristas estadounidenses que componen melodías ingeniosas y pegajosas, además de geniales, presentan su más reciente disco.
16 y 17 de febrero
Voila Acoustique

Deep Purple
Una de las pioneras del heavy metal y del hard rock, regresa a nuestro país, en la que podría ser su última gira.
23 de febrero
Auditorio Nacional

Iron Maiden
Una vez más el poderoso sonido de esta mega banda que a pesar de los años, no se cansa de rockear con todo: todos unos maestros.
18 de marzo
Foro Sol

Röyksopp
Dos años después de un exitosa visita en 2009, otro joven dúo brillante de músicos, pero estos noruegos pondrán toda su energía en un concierto muy esperado.
26 de marzo
Infiel del Hipódromo de las Américas

Slash
Otro grande de la guitarra, figura y emblema de la banda de los 80 y 90 Guns & Roses de vuelta en nuestro país en un concierto cálido, estruendoso y cercano.
28 de marzo
José Cuervo Salón

Jamiroquai
Tras varios años de ausencia, uno de los más brillantes músicos y cantantes de pop electrónico, regresa a nuestro país para ponernos a bailar.
5 de abril
Auditorio Nacional

Vive latino
El festival más importante de rock en nuestro país, contará nuevamente con una fuerte presencia internacional de concretarse la participación de Queens of the Stone Age. Los latinos verán a sus bandas continentales favoritas más bandas como The Chemical Brothers y Devotchka. Prometedor.
8, 9 y 10 de abril
Foro Sol

Lady Gaga
No es rock, pero su pop ruidoso y su look de escándalo, la convierten en el mutante más interesante de la industria musical. Uno de los conciertos más esperados del año.
5 y 6 de mayo
Foro Sol

U2
Bono y compañía en su nueva gira. Los espectáculos de U2 son garantía absoluta.
11, 14 y 15 de mayo
Estadio Azteca

Otros conciertos: 15 de enero, Chicago; 22 de enero, Moonspell, Vicente Gayo; 25 de enero, The Whitest Boy Alive;29 de enero, Cradle of Filth; 30 de enero, Epica; 19 de febrero, The Radio Dept; 20 de febrero, Katatonia; 15 de marzo, The Residents; 17 de marzo, Andre Bird y Zoë Keating; 6 de abril, Kataklysm; 14 de abril, Pandemonium; 15 de abril, Helloween; 21 de abril, The almost;

No sólo rock:
3o de enero, Yanni; 4 de febrero, Joan Manuel Serrat; 01 de abril, Roxette; 12 de mayo, Kylie Minogue.

Los mejores libros (ensayos) del 2010

martes, 28 de diciembre de 2010

1. La sociedad sin relato, de Néstor García Canclini (Katz)

La autonomía del arte y su función social han sido motivo de análisis teorético para los filósofos modernos interesados en desvelar las relaciones entre arte, sociedad y cultura. Con su conocida y superior inteligencia, rigor conceptual, y la provocación más impertérrita, en La sociedad sin relato, el filósofo argentino radicado en México, Néstor García Canclini se ocupa de una cuestión longeva pero que hoy en día se ha vuelto problema: la definición de arte. Después de que en la posmodernidad se pusiera casi de moda el "fin" de las grandes narrativas de la modernidad (los ejes sobre los cuales giró el pensamiento de Occidente), Canclini pone el acento no en el fin de los relatos sino en la inexistencia de uno que sea realmente universal. En ese sentido, apunta el equívoco del supuesto regreso del Esperanto que vendría con la globalización, y en cambio propone la traducción como una estrategia para los artistas, sobre todo para aquellos a los que llama artistas del disenso. Canclini repasa sin concesiones algunos estudios posmodernos que le parece vitorean la era del vacío, el imperio de lo efímero, y el límite deleznado entre arte y medios de difusión, y aporta un concepto de arte a partir de la categoría "inmanencia", entendida ésta como la posibilidad de alcanzar los vectores profundos de lo real de manera anticipada a los hechos. Para nuestra sorpresa, su mirada academicista opta en este ensayo por el poder polisémico de las metáforas y no por la solidez de los conceptos filosóficos. La altura y lucidez ensayística de Canclini es un buen síntoma para la actualidad de los estudios culturales.

2. Ira y tiempo, de Peter Sloterdijk (Siruela)

Considerado por la crítica internacional el filósofo vivo más importante del mundo, el alemán Peter Sloterdijk traza en este ensayo una cronología lúdica para advertir el papel de la ira como un elemento central en el alma de Occidente, justo en un momento en que la cultura occidental se tambalea ante la proliferación de otros discursos. En Ira y tiempo, Sloterdijk hace gala de toda su agudeza cínica y de su prodigioso uso del lenguaje para escribir un ensayo duro y superior, que tiene como valor añadido la mirada oscura e interior del filósofo alemán, quien no tiene reparos a la hora de meter de lleno la cabeza en los abismos inherentes del alma europea. Sloterdijk toma como punto de partida el ejemplo narrativo más conocido de la antigüedad clásica: La Ilíada, atribuida a Homero, relato en el cual ubica la inauguración de la cólera: en ese canto de la musas que narran la ira del pélida Aquiles, y se detiene en otras tres fases de la historia de Occidente: el cristianismo, La Ilustración y Nietzsche o la muerte de Dios, y el comunismo. Así llega a una conclusión que tiene visos de obviedad: desde el cultivo del resentimiento, el hombre de Occidente, en cada época histórica, ha nutrido la cólera y gracias a ella (y a la violencia que concita) ha mantenido su supremacía. Es la ira, pues, un afecto fundamental de la cultura europea: es el reverso de sus grandes valores: la expedición, la conquista, la venganza, y el honor. Una reflexión oportuna en la historia de las mentalidades.

3. €®O$: La superproducción de los afectos, de Eloy Fernández Porta (Anagrama)

El catalán Eloy Fernández Porta se ha convertido en todo un referente para los estudios culturales, antropológicos y estéticos de nueva cepa en el mundo de habla hispana. Con su debut, Afterpop, la literatura de la implosión mediática aportó una categoría para delimitar un estilo: afterpop. Luego publicó Homo sampler, un ensayo en el que profundizó buena parte de sus propuestas teóricas y a partir de un análisis cultural sobre el tiempo y el consumo elevó su categoría estilística a rango de época, además de apropiarse de una aportación teórica del francés Nicolás Bourriaud: la figura del dj como modélico gestor del tiempo en la nueva era. Pero en €®O$, Fernández Porta ha hecho acopio de toda su irreverencia, acidez e ironía para componer un ensayo en donde la abyección resulta el signo característico de nuestra época: altera nuestra manera de sentir y de asumirnos como sujetos. Y es justo en nuestra manera de sentir donde Fernández Porta se detiene: define a los afectos como otra producción masiva del supermercado. Con una genialidad desmesurada camina de la literatura al análisis narrativo de la publicidad, hace uso ora de la teoría dura, de la poesía, de la experimentación, de la imaginación o de la performatividad. Su insolencia erudita le funciona para aligerar el pesado sentido que en el pasado tuvo el binomio Eros-Tanatos, y lanzar una mueca de felicidad para entender un Eros alternativo cuya contracara es la del dinero; así, la circulación de afectos posibilita la circulación financiera en la lógica económica del capitalismo emocional. Una articulación teórica vertiginosa y siniestra.

4. Pornotopía, de Beatriz Preciado (Anagrama)

Epígono de la teoría queer y el transgénero, Beatriz Preciado critica la cultura del hombre blanco y heterosexual a partir de un inteligente estudio sobre el proceso histórico de composición del otrora emporio sexual de la revistaPlayboy, perteneciente al multimillonario octogenario Hugh Hefner. Como el título indica, Pornotopía se detiene en el ejemplo por excelencia de una utopía sexual para hombres blancos yankees clasemedieros y de posguerra: el soltero playboy y el modelo del alcoba de soltero: la verdadera pornotopía. En un ensayo que integra teoría dura, crónica-reportaje, relato personal, Preciado analiza el potencial sexual del formato reclusión: lo que en Playboy es la habitación de soltero; en los referentes históricos el monasterio o la cárcel como espacios que posibilitan la transgresión, y en la ultramodernidad la reclusión mediática del sujeto erotizado ante sus ventanas virtuales. Preciado, además, profundiza en otro concepto suyo: la farmacopornografía: el régimen de producción de capital que tiene como base el consumo de drogas con fines sexuales, conclusión a la que aterriza luego de verificar que la píldora anticonceptiva ha sido el motor de la industria pornográfica y ha permitido que el sexo genere beneficios multimillonarios. Preciado se revela como un pensamiento agudo y mordaz y se rebela desde la intimidad del macho contra la dominante visión heterosexista del mundo.

5. La Castañeda. Narrativas dolientes desde el Manicomio General. México, 1910-1930, de Cristina Rivera Garza (Tusquets)

Once años después de la publicación de su novela Nadie me verá llorar, en la que retrata parte de los avatares que padecían los internos del Manicomio La Castañeda, edificada en las postrimerías del Porfiriato, Cristina Rivera Garza desempolva sus documentos de investigación y retoma el aliento de aquellas imágenes que le sugirieron las fotografías de los internos, para reanimar la potencia de su prosa en un ensayo vigoroso e hiriente pero curiosamente también lenitivo: su literatura (su manera de hilvanar palabras que son también sensaciones) remienda las fisuras del alma que ella misma ha provocado. Sin duda alguna, La Castañeda es el ensayo histórico más importante, simbólico y estrujante que se produjo en 2010 en la lógica de las reflexiones, el debate y el problema sobre el centenario de nuestra revolución. La fundamental voz de la escritora mexicana se convierte en estas páginas en un eco ruidoso y sincero de los atormentados.

6. Visión desde el fondo del mar, de Rafael Argullol (Acantilado)

Rafael Argullol, un escritor que es filósofo o un filósofo que es escritor o las dos cosas al mismo tiempo, nos regala en Visión desde el fondo del mar, un aparato metaliterario en donde la reflexión filosófica se hermana con el relato de viajes, con la anécdota curiosa, con la lectura significativa de todo tipo de detalles, hasta de los más insignificantes de la vida: un libro que es una confesión, un compendio y un ordenamiento (aparentemente caótico) de pensamientos, emociones y postales literarias, en lo que se ha denominado una escritura transversal. Sus más de 1000 páginas escritas originalmente a mano en unos cuatro años y una enseñanza que le dio un humilde pescador cuando Argullol era un niño: ¡si viene el remolino déjate tragar por él!, son el punto de quiebre desde donde todo se ilumina. Un libro erudito y poliédrico, una reflexión vivida, intensa y latente, y un lenguaje delicado y preciso: en suma, un rotundo fenómeno literario.

7. La torre elevada, Lawrence Wright (Debate)

Ganador del Premio Pulitzer y considerado el mejor libro sobre el 9/11, La torre elevada es la narración más pormenorizada de los acontecimientos suscitados antes, durante y después de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El libro es resultado de una sesuda y exhaustiva investigación del periodista y guionista Lawrence Wright, que abarca desde los primeros indicios de amenaza terrorista en los Estados Unidos, los preparativos, la interpretación fundamentalista del Corán que motivó el odio hacia Occidente, los días de Al Qaeda en Madrid, hasta el trágico impacto del primer avión que se incrustaría sobre una de las Torres del complejo WTC, mejor conocido como Torres gemelas, para desaparecer en milésimas de segundo ante la mirada impávida, incrédula e inocente del mundo entero: excepto de una parte: el islam, que festejaba el acontecimiento. En el fondo, el trabajo de Wright desvela cómo las mutaciones del islam condujeron a la masacre y finalmente a la guerra de Irak declarada por el gobierno del ex presidente George Bush. Una mirada profunda y acre al desarrollo del fundamentalismo islámico de nueva cepa, a los entresijos del sistema político de los Estados Unidos y a los signos de imposibilidad pacifista en el mundo entero ante el incremento irrefrenable de los resentimientos, la confusión y las aspiraciones.

8. Capitalismo gore, de Sayak Valencia (Melusina)

Con este ensayo, la mexicana Sayak Valencia hace su debut desde el otro lado del Atlántico: es en Madrid donde se ha publicado el ensayo Capitalismo gore, que ha causado sensación tan solo por su título. A la manera del cine goreo el snuff, la adjetivación del sustantivo gore a un tipo de capitalismo entrevera una crítica que la filósofa, poeta y artista de perfomance, hace a las prácticas de producción de riqueza que se sustentan por medio de la ejecución sistemática de personas, prácticas comunes en las zonas fronterizas pero que en su ensayo ubica con preponderancia en el norte de México. Capitalismo gore habla de un tipo de capitalismo asesino, en donde la muerte es inherente al sistema de producción de capital: la muerte de los otros es el capital variable que posibilita el empoderamiento de aquellos a quienes Valencia denomina sujetos endriagos: narcotraficantes, sicarios, autoridades ladinas, etc. : para ellos (o en este sistema) el asesinato es también entendido como transacción. Experta en teoría de género, Sayak Valencia aporta un análisis filosófico valiente, punzante, tenaz y acezante que es el reverso crítico a la cultura machista y heterosexista de buena parte del mundo occidental, y que en México se personifica en el macho mexicano, trasunto perfecto para el joven sin oportunidades laborales ni económicas o educativas y aspirante a convertirse en un sujeto endriago, pues sus modelos son: el héroe mafioso, el héroe criminal; es decir, los triunfadores efímeros, pero triunfadores al cabo, en las lógicas del capitalismo, los que tienen el dinero y el poder. Un ensayo belicoso y amargo para un país desangrado, desahuciado y en silencio.

9. Kerouac en la carretera (AAVV) (Anagrama)

Antes de encontrarle cabida a su primordial novela En la carretera, Jack Kerouac, miembro fundamental de la generación beat pasó por una serie inacabable de rechazos, de reticencias de los editores, de cambios de último momento, de sentimientos dubitativos en torno a su talento y estilo, y finalmente de aceptaciones blandengues de su parte para lograr la publicación de su libro: llegó al punto de decir sí a todas las correcciones que se le pedían: el fin era que En la carretera viera la luz, lo cual ocurrió en 1957, al cabo de seis años de esfuerzo. El colmo de las paradojas es que a Keruac le bastaron tres semanas de escritura frenética para terminar la primera versión de su novela. Esta historia real narrada y analizada a cuatro voces apareció en español este año bajo el nombre Keruac en la carretera, unos años después de que se publicó el manuscrito original también en español, y se trata de un compendio de breves, conmovedores e inteligentes ensayos escritos por Howard Cunell, Penny Vlagopoulos, George Mouratidis y Joshua Kupetz, que nos revelan al Keruac más veritivo: el que tomaba café como gasolina para conducir a la velocidad de sus dedos golpeando en el teclado, sobre una blanca e infinita carretera llamada papel, pero sobre todo y de forma más importante, llamada también Literatura: la apuesta total. Un libro apasionante sobre la vida de un personaje que de tan sólo leerla a uno le dan ganas de ponerse a escribir.

10. Papeles falsos, de Valeria Luiselli (Sexto Piso)

El debut literario de la joven escritora mexicana Valeria Luiselli es contundente: su voz literaria es el reverso de una mirada perspicaz y altamente sensible. Más allá de las bondades que ofrece este libro: una edición pulcra y llamativa, ensayos breves y un grueso total de páginas más bien angosto, escritura directa y lectura ágil, metáforas cercanas aunque vibrantes; más allá de estos recursos (que más bien son casualidades) florece una escritura prodigiosa que testifica la experiencia: el mecanismo del recuerdo impulsa la reflexión y hace un juego con el tiempo y el espacio en un guiño constante pero no unívoco a la ciudad de México. Papeles falsos es un libro que se goza de principio a fin, que se devora, que se antoja (dudamos ahora de si el rojo de su portada sea una mera coincidencia), y que se corresponde con una mirada exógena y cosmopolita y relacional: en los ensayos aparecen escritores influyentes que pertenecen a tradiciones de diversas latitudes: fundamentalmente Joseph Brodsky pero también T.S. Eliot, Robert Waler, W.G. Sebald o Salvador Novo. En el fondo el poder de la literatura emerge a través de un enfoque práctico: retratar y detallar a cincel la vida y sus herramientas: una bicicleta, una tumba, un relingo: vacíos que se crean a ultranza de la experiencia estética, a costa de los despistados y so pretexto de las tentaciones de erudición que proliferan en el espectro ensayístico de la literatura nacional. Por ello parte de lo más valioso de la escritura de Valeria Luiselli es su autenticidad y su identidad única. En su prosa hilvana su experiencia, su carne, su memoria y sus entrañas: ella es sus textos y ese atrevimiento en una escritora tan joven es algo que nuestra literatura debe valorar.

Menciones honoríficas

1. Curso de literatura europea, Vladimir Nabokov (RBA)
2. Filosofía de andar por casa, Xavier Rubert de Ventós (Sexto Piso)
3. La belleza y el infierno, Roberto Saviano (Debate)
4. De héroes y mitos, Enrique Krauze (Tusquets)
5. La libertad de ser distinto, Óscar de la Borbolla (Mondadori)
6. Kate Moss Machine, Christian Salmon (Península)
7. La increíble hazaña de ser mexicano, Heriberto Yépez (Temas de hoy)
8. La isla de las tribus perdidas, Ignacio Padilla (Mondadori)

Arte dramático del 2010 en México

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Lo mejor y lo peor del año que termina

Estas son algunas de las obras teatrales más destacadas que se montaron en 2010, año que permitió el repaso y reflexión sobre el Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia mexicanas, y en el que también se retomó piezas internacionales del pasado y se trajo a México nuevas propuestas escénicas, de las más novedosas a nivel internacional. Esta lista es apenas una aproximación subjetiva pero destacan tres aspectos: la calidad de los actores mexicanos, que son quienes al final de cuentas dan soporte incluso a las obras menos destacadas; la diversidad de las propuestas con sus desiguales presupuestos comprobando que la calidad no es solamente una cuestión de inversión monetaria, y la huella indeleble de un grande del teatro mexicano: Enrique Singer, quien en nuestra lista dirigió tres de las primeras cinco.
1. Juegos siniestros

Juegos siniestros, de Anthony Shaffer gana de entrada: no sólo porque históricamente es una de las obras de teatro más exitosas, desde su estreno en 1971, sino también por quienes la montan: es dirigida por uno de los mejores dramaturgos mexicanos, y que tiene toda la vitalidad, Enrique Singer, además de contar con el mejor director de escena de este país: Jorge Ballina y los dos mejores actores de la actualidad, tal vez el actor más pujante la última década y su heredero o sucesor: Daniel Giménez Cacho y José María Yazpik, actores que nos regalan un duelo en vivo que se transmina a sus personajes :
Un novelista famoso recibe en el estudio de su hogar al nuevo hombre de su esposa, éste llega a casa del escritor para pedirle que firme el divorcio. Lo que comienza como un encuentro cordial, con unos vasos de whisky terminará con resultados fatales, luego de que el escritor le burla un juego siniestro a la mente del amante de su esposa.No se la pierda. Actualmente se presenta en el teatro Insurgentes.

2. Los insensatos

Los insensatos
de David Olguín fue una de las apuestas más radicales y logradas en el teatro que se presentó en México, el 2010, sobre todo, en lo concerniente a la obligada reflexión sobre el Bicentenario. La locura en esta obra tiene sustenta una metáfora de nuestro país pero también su resorte crítico: la Castañeda fue un manicomio mandado construir por Porfirio Díaz como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México en los límites de la Ciudad de los palacios, pero en esta obra sus internos representan el reverso del progreso ansiado por el régimen del Dictador: el ostracismo, y el resultado: vidas rotas, despersonalización, muerte: tal y como sigue ocurriendo hoy en día en nuestro país. Se presentó en el Teatro El Milagro.

3. Oleanna

Un poco antes de que la guapa Irene Azuela acaparara todas las portadas de las revistas, protagonizó una de las obras más puntillozas que se presentaron este año en nuestro país, obra escrita por uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes, David Mamet. De la mano de Enrique Singer, quien la protagonizara hace 15 años junto a Mónica Dionne, Oleanna presenta un diálogo entre una alumna y su profesor, en una conversaicón cuyo pulso lo dan el equívoco, la incomunicación, el poder, y en el fondo, la irrenunciable seducción (y su inherente porción de engaño) humano. Se presentó en el Centro Cultural del Bosque.

4. Natán, el sabio

Natán, el sabio es una muy divertida e ingeniosa comedia de enredos del alemán Gotthold Ephraim Lessing, que en esta versión contó con la adaptación de los maestros Stephanie Weiss y Luis de tavira, la dirección meticulosa de Enrique Singer y el talento de la Compañía Nacional de Teatro y su primer actor Ricardo Blume, quien representó al sabio Natán, judío, negociador y comerciante, que vivió en Jerusalén durante la Tercera Cruzada, cuando en la ciudad santa convivían los jerarcas de las tres principales iglesias (Islam, Cristianismo, Judaísmo) en relativa paz, tiempos en los que además combatían los Caballeros de la Orden del Temple, los Templarios. Esta obra de repertorio tiene, además, en sus temas mucha vigencia: la intolerancia religiosa, la incapacidad de escuchar. Se presentó en la sede de la CNT.

5. El malentendido

Es una obra totalmente desesperanzadora, escrita por Albert Camus en 1944. Con este drama el autor muestró una de sus preocupaciones fundamentales: el absurdo de la existencia que sucumbe ante los giros inesperados del destino. En el montaje realizado por la CNT, se destacaron las actuaciones de Ana Ofelia Murguía y Emma Dib, madre e hija que atienden una posada a la que llega el dijo de aquella, que abandonó la casa materna siendo niño e ignora que madre e hija se dedican a matar personas. La fuerza y calidad interpretativa de Murguía y Dib lograban hacer rabiar y llorar al espectador. La dirección de Marta Verduzco fue precisa, clara y eficaz: la directora no inventó nada pero sacómucho jugo de pequeño foro en donde se presentó la obra, el Teatro Casa de La Paz.

6. Lascuráin o la brevedad del poder

Escrita en 2005 y estrenada ni más ni menos que en Palacio Nacional justo cuando el país se agitaba por el tema del desafuero a López Obrador, Flavio González Mello, uno de los dramaturgos mexicanos más importantes de la actualidad, Lascuráin o la brevedad del poder se volvió a presentar este año, en el Teatro Casa de la Paz. La obra imagina los 45 minutos de la Presidencia de Pedro Lascuráin depsués de que Victoriano Huerta traicionara a Francisco I. Madero en 1913; 45 minutos que bastan para rememorar las cualidades de la continuación del gran y todo poderoso tlatoani mexicano: el Presidente de la República. Una sátira política que critica la esclerosis que afecta a todo aquel que en este país detenta cualquier tipo de espacio de poder.

7.Agosto

Contada con un humor negro que expone y cala en los vicios de toda índole en que incurren asiduamente las personas (desde la droga hasta el sexo, la mentira y el desprecio), Agosto, de Tracy Letts, ofreció una mirada cercana y atroz a las contradicciones y el dolor que las propias familias se infligen desde su interior. Montada a la altura de las grandes producciones internacionales, Agosto no resultó en México y tuvo que terminar pronto su temporada. Contó con un elenco dispar, tres actrices destadas: Blanca Guerra, Lilia Aragón y Verónica Jaspeado y otros más, de baja talla, no obstante entrañaba una crítica mordaz a los tabúes en torno de la hermandad y los buenos valores familiares. Se presentó en el teatro San Rafael.

8. Un Dios salvaje

Pocas obras de teatro pueden hacerlo botarse de risa y al final salir con un gesto dubitativo: ese gesto que significa, ¿bueno, qué diablos? Este montaje de Un Dios salvaje , dirigido por Javier Daulte, logra con finura ese efecto porque vence por knock out: "Ah, ¿se la está pasando muy bien? Pues tomé". Durante una hora y media usted se ríe de las tropelías de cuatro personajes que intentan enfrentarse, madurar y reconocerse pero son muy cobardes para lograrlo. La obra cuenta con un elenco de telenovela pero que no por eso deja de ser contundente en su resultado. En el grupo, Mónica Dioné es sencillamente insuperable. Civilidad, confusión, cobardía, Dios, apariencias, buenos modales: son elementos de burla para su escritora Yasmina Reza. Actualmente está en cartelera y se presenta en el teatro Fernando Soler.

9. Gorda

Gorda, del aclamado dramaturgo Neil Labute, es una obra divertidísima con un final silencioso que duele. Fue otra de las apuestas teatrales que en México pasó con más pena que gloria en cuestión de entradas, pero que brilló por la calidad del libreto, la agudeza pintoresca de la adaptación y por la empatía y afabilidad de los actores: Héctor Suárez Gomís y Mireia Gubianas, quienes representaban una pareja de enamorada separados por "una cuestión de peso": ella es muy gorda. Dirigida por Daniel Veronese, la obra provocaba que el espectador saliera con una pregunta: ¿de qué diablos me estoy riendo?, apesar de que el humor es el que lleva la batuta. Se presentó en el teatro Fernando Soler.

10. Lluna

Sin ser toda una revelación, Lluna , dirigida por Aarón Hernández, es una interesante obra de teatro en la que su creador, el reconocido dramaturgo mexicano Jaime Chabaud, se arriesga, y eso se agradece. La obra sopesa las oportunidades perdidas del amor y la situación de las relaciones interpersonales en la veloz y confusa ultramodernidad en donde el amor es efímero, modulable y eufórico, temas que se nos presentan a partir de una especie de triángulo amoroso entre Clotilde (una mujer madura), Ela (una chiquilla veinteañera) y Hugo (el novio drogadicto de Ela). Tras un breve receso navideño la obra continuará representaciones en el Centro Cultural Helénico.

Mención honorífica
1. Ladrones, de la dramaturga alemana Dea Loher, producida por el Deutsches Theater Berlin, bajo la dirección de Andreas Kriegenburg.

Decepciones

1. Hey girl!, de Romeo Castellucci
2. El trueno dorado, de Ramón del Valle Inclán,dirigida por Juan Antonio Hormigón

Los mejores libros (novelas) del 2010

domingo, 12 de diciembre de 2010

1. Sukkwan Island, de David Vann (Alfabia)

Esta novela hizo a David Vann acreedor del pretigioso Premio Médicis 2010. Sukwwan Island es una de las novelas más poderosas y agridulces que se han escrito desde La carretera de Cormac McCarthy: no en vano se le ha adjudicado a Vann el epítome de ser su heredero. Un padre decide llevarse a su hijo de 13 años a una isla en donde vivirán un año con apenas lo necesario para sobrevivir: una hacha para cortar leña, un arpón para pescar, y una pistola y un rifle para cazar animales y matar a los osos que acechen su cabaña. A partir de ese argumento, Vann hilvana los temas de la muerte, el suicidio, el aislamiento, la obsesión, la ceguera, el absurdo, la impertinencia y la animalidad, con una prosa superior: efectiva, ligera y mordaz.

2. Blanco nocturno, de Ricardo Piglia (Anagrama)

Ricardo Piglia se tomó más de una década para publicar una nueva novela: después de escribir La ciudad ausente o Respiración artificial las exigencias y expectativas en torno de la obra del autor son mayores. Blanco nocturno confirma a Piglia como una de las voces más necesarias, agudas y deliciosas de la literatura escrita en español. El argumento de la novela parte de un crimen en donde lo más importante no es encontrar al asesino sino advertir las consecuencias del mismo. Una novela que es mucho más que su anécdota y adquiere el rango de símbolo a partir de la literatura misma: la mirada depurada del si mismo y la lentitud inherente a lo realidad son sus vectores de lectura. Es además una estación de la literatura latinoamericana subsecuente a la utopía del Boom y al desencanto bolañiano.

3. Infecciosa, de Sergio González Rodríguez (Mondadori)

En sintonía con Piglia, Sergio González Rodríguez es otro de los escritores que hace emerger de la literatura los senderos más inesperados para entender la realidad: a partir de la fábula, la imaginación y el lenguaje. Infecciosa es una novela sorprendente y confusa que exige un lector no atento sino advertido, un lector que no solo lee sino interactúa con el ambiente turbio que se propone: la experiencia vertiginosa que ofrecen las pantallas,la ingravidez de los escenarios virtuales e imaginados y la conciencia de aceleración en un mundo en el cual la experiencia del viaje es la experiencia vital por excelencia: el viaje personal y privado que sin embargo y necesariamente atraviesa el espacio virtual en tiempo real y de forma pública.

4. Los muertos, Jordi Carrión (Mondadori)

Cuando parece que ya todo se ha experimentado en cuestión literaria, hay escritores que confirman que al mismo tiempo que se puede ser novedoso y radical también se puede crear una narrativa sólida. En España, la generación afterpop es de lo más nuevo y sólido que hay en la narrativa que se escribe en español, uno de los escritores que se ubica en este grupo es Jorge Carrión, quien con Los muertos debuta como novelista con una obra que reúne genialidad, frescura y entretención. En la anécdota de esta novela, "Los muertos" es una serie televisiva de la cadena Fox, en la cual "reaparecen" personajes del pasado pero con diferentes nombres: desde Lady Macbeth hasta Roy Batty de Blade Runner. La serie se convierte en un fenómeno es escala internacional, pues se una de las polémicas es considerar la "vida" de los personajes de ficción. Una novela breve pero contundente, divertida y mundana; fundacional.

5. Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques

Una imagen como la que sugiere dicho título escrita en los 40 solo podía ser atribuible a unos desadaptados. Si pensamos en genios literarios de este tipo los encontramos en los beatniks, y en sus figuras fundamentales: Jack Kerouac y William Burroughs. Antes de que escribieran sus novelas más importantes (En el camino y El almuerzo desnudo), la pareja de escritores decidió contar a cuatro manos una historia que les fue muy cercana: ocurrió en el Nueva York aún bohemio de los 40, en el que maduraron al amparo de los bares, suburbios y departamentos de segunda, cuando un amigo suyo, Lucien Carr asesinó a otro de la pandilla, David Kammerer que estaba enamorado de Carr. En esta novela primeriza ya descollan tanto la prosa intempestiva de Burroughs y el estilo elegante y acabado de Kerouac.

6. La prueba del ácido

No en vano a Élmer Mendoza se le considera insignia de ese género inventado que la crítica tiene a bien llamar "narcoliteratura". Más allá de esta reducción, Mendoza se ha promulgado como un escritor del lenguaje y del estilo. Pero en su narrativa el estilo y el fondo son una misma cosa, podrían ser llamadas mendozinas, pero eso suena muy argentino. La prueba del ácido es quizá la mejor novela del sinaloense, en la cual retoma a su detective antiheroico, el Zurdo Mendieta, y parte del código realista para ir más allá de la mera sugerencia a un estado en donde el crimen, la impunidad y la corrupción son el pan de cada día: alcanza los límites reales en torno de la política, la empresa y el narco, la injerencia del gobierno estadounidense en el país llamado México y el desarraigo fronterizo de una sociedad confundida, consternada y descreída.

7. Hotel DF

Guillermo Fadanelli concede muy pocas entrevistas, tal vez porque le choca que los periodistas no lean sus libros y le pregunten lugares comunes. Motivo suficiente para detenerse y no ansiar la entrevista vacía, sobre todo si en el plano de los escritores mexicanos consagrados, cuyo largo historial arroja las adaptaciones más dóciles al poder gerencial, Fadanelli es de lo menos común en nuestra literatura. En Hotel DF, el autor hace copio de toda su virulencia y viscosidad para entregar una novela ubicua cuyo discurso rector es mostrar la corrosión de una sociedad entera, a partir de un motivo simbólico elocuente por su impronta de engaño, misterio y provocación: un hotel, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México, núcleo de una red inabarcable e irreductible de intereses, negocios e intercambios ilegales y demás corruptelas.

8. El don de la vida

En la misma línea del estilo que lo hizo grande con novelas como El desbarrancadero o La virgen de los sicarios, en su más reciente novela El don de la vida, el escritor colombiano nacionalizado mexicano Fernando Vallejo organiza un relato ácido, crudo y violento en primera persona para contar unas horas en las que un viejo hace un repaso arqueológico de sus muertos. Contabiliza 757, mientras despotrica, como Vallejo, contra a todo aquello que merezca la pena despotricar: casi todo, excepto el lenguaje y la belleza. La de Vallejo es una voz necesaria porque escandaliza, polemiza y podemos estar de acuerdo o no pero nos hace pensar, y tan solo con la palabra es capaz de agitar nuestros intestinos.

9. Dublinesca

Dublinesca es una de las novelas más genuinas y honestas del escritor catalán, Enrique Vila Matas con esta obra construye un aparato literario, cuya lectura se siente como si fuera una lectura tecnológica. Esa sensación que no es cosa menor y es un logro del estilo manifiesta la intención de Vila Matas: ofrecer una reflexión sobre la lectura, la escritura y sus soportes justo cuando nos ubicamos en el tránsito que supone lo que él llama la era Gutemberg a la era digital. Su personaje es un editor fracasado de apellido Riba que quiere realizar un ritual justamente el 16 de junio, el Bloomsday, día en que transcurre la novela vanguardista por excelencia y que es justamente un juego con el tiempo: Ulises, de James Joyce. Riba transita por un patetismo del tipo danteso, que en este inicio de siglo se intensifica porque el hombre se siente amenazado por el fin de los tiempos, y cobardemente busca en este liberarse de toda culpa.

Lista de honor

El Tercer Reich, de Roberto Bolaño
Verano, de Coetzee
Snuff, de Chuck Palahniuk
El fondo del cielo, de Rodrigo Fresán
Fiesta en la madriguera, de Juan Pablo Villalobos
Agosto, octubre, de Andrés Barba
Luz de luciérnagas, de Edson Lechuga
Missing (una investigación), de Alberto Fuguet
El inventor de palabras, de Gerard Donovan
El caso Kurílov, de Irene Nemirovsky

Decepciones: los premios

Premio Alfaguara de Novela 2010
El arte de la resurrección, de Hernán Rivera Letellier:
Un prosa exquisita y superior, poca profundidad y nula propuesta

Premio Tusquets Editores de Novela 2009 (publicado en México en marzo de 2010)
Óscura monótona sangre, de Sergio Olguín
Una trama de mediano rango, buena escritura pero poco riesgo

Mejor libro de cuentos del año
La marrana negra de la literatura rosa, de Carlos Velázquez (Sexto Piso)

Se entrega Kazu Makino a México

lunes, 6 de diciembre de 2010

Volvió Blonde Redhead a uno de sus recintos favoritos
Hay inconvenientes que suelen ser más bien puro show. Y hay otros que obligan que el verdadero espíritu salga a flote. A pesar del evidente malestar en la garganta que le impedía cantar de forma óptima, la cantante japonesa Kazu Makino, figura líder de Blonde Redhead, se entregó la noche del domingo al público que asistió al segundo y último concierto que la banda ofreció este fin de semana en el Teatro de la Ciudad.
"Uns disculpa pero necesito toda su energía para poder terminar este show", dijo Makino a la audiencia, mientras tosía repetidamente. Su voz al micrófono se escuchaba claramente afectada. Por ello, fue evidente también que en la composición del set-list de la noche se dio mayor prioridad a la inclusión de temas interpretados vocalmente por el guitarrista Amedeo Pace, pareja de Kazu y co-líder de la banda.
Kazu tenía que abandonar repetidamente el escenario, dejando momentos en los que los gemelos Simone y Amedeo improvisaban pero su talento y ensamblaje pefecto hacian que la gente esperara con calma a la vocalista mientras seguía con la cabeza o con los pies o con todo el cuerpo el ritmo de la guitarra y batería.
Kazu regresaba al escenario y el recinto se fundía en aplausos para la japonesa. El público le agradecía el esfuerzo, pues si la voz estaba afectada no se mermó del todo la calidad interpretava de la cantante.
Blonde Redhead, como se dice en el argot futbolero, "se brindó" la noche del domingo y no defraudó a su público mayoritaramente joven.
Dos años después de su primera presentación en México, la banda de dream-pop originada en Nueva York ofreció en uno de sus recintos favoritos en el mundo: el Teatro de la Ciudad, un concierto que contó con mayor producción que en el pasado: al fondo se colocaron unas especie de sombrillas, en medio de las cuales un foco que se prendía o apagaba al ritmo de la musica acompañaba la ejecución de los músicos. El juego de luces mucho mejor pensado que hace dos años, sirvio para que el espectador entrara de lleno en el juego afectivo propuesto por Blonde Redhead.
Por otra parte, los teloneros, la banda St Vincent resultó ser una grata sorpresa para propios y extraños.
Blonde Redhead presentó una selección de temas representativos de sus cuatro LP. Las piezas de Penny Sparkle, su más reciente producción discrográfica, fueron seguidas con atención pero los temas que más prendieron a sus seguidores fueron los pertenecientes a su disco más exitoso, hasta el momento: 23 (2007). El público siguió con júbilo las intepretaciones de "23", "Silently" y "Dr. Strangelu", y extrañó la interpretación de una de sus piezas consentidas y emblemáticas de la banda, acaso por la exigencia que en términos vocales representa para Makino: "Melody".

Nitzer Ebb, por un gran show

jueves, 2 de diciembre de 2010

Se presentan este jueves en el Lunario

Para la banda inglesa Nitzer Ebb haber nacido en los 70, época disco, del Playboy TV y demás faramallas, fue una experiencia que los marcó de por vida. Hoy en día, su logo integra tres elementos que parecerían anacrónicos: un martillo, un engranaje y una estrella. Pero el sentido es más bien la apropiación del signo en un sentido entretenido.

"Crecimos en la Guerra Fría. La Unión Soviética era vista en nuestro país como una verdadera amenaza para nuestro modo de vida pero nosotros instintivamente sentimos que eso era mierda y solo una justificación de existir para los gobiernos capitalistas del oeste, que más o menos también era lo que los soviéticos decían sobre el Oeste.

Entonces, todo era un juego y lo vimos como un show y había que apropiarse de ello", dice el vocalista y líder de la banda Douglas McCarthy, a su llegada a México, donde el día de hoy (si es versión internet / o "el jueves", si es versión impresa) se present(a, ó) en el Lunario.

"Crecimos en los 70 y siempre queremos que un show sea realmente un show. Nos encanta vestirnos como artistas: de ese modo habría que hacer una separación entre yo en un bar o cenando en un restaurante con amigos y yo entreteniendo a un público que paga por vernos", afirma el cantante que ha visitado México no sólo como Nitzer Ebb, sino también como Fixmer/McCarthy y además como DJ.

Por eso afirma: "Decir que amo a México sería una expresión que se queda corta".
Nitzer Ebb es uno de los grupos más importantes e influyentes de la música electrónica industrial. La estación en México es una parada en su gira "Industrial Complex Tour", que hace alusión a su más reciente disco Industrial Complex. Fueron originalmente emparentados con la Electronic Body Music (EBM), cuando surgieron en Essex, Inglaterra, a principios de los años 80. Desde su inicio llamaron la atención del público y de grupos como Depeche Mode, quienes los han tenido como invitados en sus giras mundiales.

"Fue increíble tocar en el 'Tour of the Universe', de Depeche Mode el año pasado. Obviamente nosotros ya los conocíamos muy bien por giras anteriores en 1988 y 1990. Ellos son muy cálidos y te apoyan en todo momento. Estar con ellos atrás del escenario es algo así como estar en familia y entre verdaderos amigos", apuntó.

Su nuevo disco Industrial Complex es muy importante para ellos por una razón sencilla: "queríamos hacerlo, ese es el pre-requisito para cada banda. Pero más allá, fue una forma de entrar en un camino de agradecimiento a nuestros fans por su infinito apoyo a Nitzer Ebb. Es como decirles: ¡vientos, tengan este disco!", añadió el músico que actualmente estudia rodaje y diseño, en este rubro tiene una pequeña compañía. Ya ha dirigido anuncios de TV y videos musicales y además compone música con Terence Fixmer para su banda alternativa Fixmer/McCarthy.

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