Contra el viento del norte

Contra el viento del norte
Una pasión por e-mail

Emma Bovary escribía cartas mientras desde su ventana recibía el viento del norte. La vida del personaje de Flaubert está cargada de insatisfacción y deseos, las dos caras de una misma moneda, signos inaugurales de nuestro tiempo. No es casualidad que Emma, personaje virtual de la novela Contra el viento del norte (Alfaguara, $219), de Daniel Glattauer, de rienda suelta a una relación por e-mail con un hombre extraño, de buen humor, mucho ingenio y que se caracteriza por un manejo fino de las palabras: Leo Like. Esta será una relación que intentarán llevar hasta sus últimas consecuencias, no obstante encontrarán varios obstáculos en el camino: el principal, que Emma está “felizmente” casada.

Tal y como ocurre en la película de Meg Ryan y Tom Hanks, Tienes un e-mail!, esta historia transcurre o se desarrolla a partir del correo electrónico. La diferencia con aquella comedia estriba en que ésta no es una historia de amor de melcocha, sino que es una historia de amor real signada por el temor, la culpa velada y la paranoia virtual.

Los personajes se conocen de forma fortuita y casual, como ocurre en Internet. Sin embargo en esta relación virtual (elaborada como un guión atemporal muy ingenioso) se pondrán en juego conceptos como fidelidad, intimidad, verdad. Para Emmy las cartas de Leo son un escape de su vida marital. Leo es un hombre que busca superar sus fracasos amorosos.