Los fanáticos que asistieron al concierto de UNKLE en la ciudad de México se sintieron como si después de la visita del tío a casa este no les diera su domingo.
Apenas una hora duró el concierto de una de las bandas más densas del rock eletrónico inglés de la última década, lideradas por uno de esos músicos que ellos mismos son toda una banda y más bien todo un concepto: James Lavelle, quien a lo largo de sus seis discos de estudio se ha hecho acompañar de otros músicos y cantantes de comprobada calidad y prestigio como Thom Yorke, de Radiohead.
Pero ni el prestigio, ni las manos alzadas de la banda que regresaron del segundo encore sólo para agradecer unos segundos a sus seguidores pero ya no interpretaron ninguna canción más, nada de eso pudo detener el rechazo de un grupo mayoritario de los asistentes que se hizo notar con una rechifla justo después de que la banda abandonó el escenario.
Si bien, la hora que tocó la banda estuvo cargada por una interpretación poderosa más una secuencia interesante de imágenes alucinantes, no bastó para colmar las expectativas del público que tuvo que aguantar la desorganización:
Como la mayoría de las personas llegó alrededor de las 8:30 hrs, cuando el grupo telonero Sleepy Sun ya había comenzado a tocar, muchos se acumularon afuera del recinto, lo cual motivó la improvisación de los organizadores que tuvieron que coordinar una larga fila que abarcaba dos cuadras y una calle que las personas formadas debían atravesar.
La larga fila obedeció a que el lugar sede, el Circo Volador, cuenta apenas con un acceso para salir y otro para entrar. Además de esto, la disposición arquitectónica del lugar lo hace inadecuado para un concierto masivo: ante cualquier descontrol del público, debido a la disposición del lugar por niveles y sin pasillos ni descansos, no es descartable una estampida o avalancha humana que pudiera provocar algún accidente significativo.
En lo que concierne al concierto propiamente, el grupo se entregó en escena. James Lavelle, Pablo Clements y compañía hicieron un breve recorrido discográfico en el que interpretaron algunos de sus éxitos más conocidos y algunas de sus nuevas producciones, en el que sería el concierto que cerrara su gira después de presentarse en Nueva York, San Francisco y Los Angeles.
"The Answer" apareció de la mano de Ian Astbury en pantalla, justo cuando James se dirigía a su sampler y tornamesas, desde donde ralentiza el tiempo a su antojo y en sincronía perfecta con las imágenes nos introduce en su mundo en el que el pasado sintoniza con el presente. La música en un nivel visual nos hipnotiza y nos toma y nosotros nos fundimos con la erotización de las formas y los colores.
UNKLE recibió con mucha emotividad a los mexicanos que abarrotaron el lugar y que ya desde antes de que los ingleses salieran a escena los pedía al grito de "Óncol, óncol, óncol". La emoción de James Lavelle por el recibimiento que los chilangos les dieron llegó hasta el punto en que el vocalista mencionó que la de ayer ha sido una de las mejores noches de su vida.
El concierto cumplió con las expectativas de una banda de este calibre. Pero el lugar dejó mucho que desear. Antes de buscar culpables hay que mencionar que el problema de la organización recae, más que en sujetos concretos, en las condiciones con que se cuenta en México para organizar un buen concierto de rock, las cuales son parcas por la existencia de un monopolio que acapara y dicta los costes; la falta de infraestructura pública que pueda ser de utilidad, y los nulos operativos de protección por parte de las autoridades de seguridad capitalina.
El set - list
Intro
Apenas una hora duró el concierto de una de las bandas más densas del rock eletrónico inglés de la última década, lideradas por uno de esos músicos que ellos mismos son toda una banda y más bien todo un concepto: James Lavelle, quien a lo largo de sus seis discos de estudio se ha hecho acompañar de otros músicos y cantantes de comprobada calidad y prestigio como Thom Yorke, de Radiohead.
Pero ni el prestigio, ni las manos alzadas de la banda que regresaron del segundo encore sólo para agradecer unos segundos a sus seguidores pero ya no interpretaron ninguna canción más, nada de eso pudo detener el rechazo de un grupo mayoritario de los asistentes que se hizo notar con una rechifla justo después de que la banda abandonó el escenario.
Si bien, la hora que tocó la banda estuvo cargada por una interpretación poderosa más una secuencia interesante de imágenes alucinantes, no bastó para colmar las expectativas del público que tuvo que aguantar la desorganización:
Como la mayoría de las personas llegó alrededor de las 8:30 hrs, cuando el grupo telonero Sleepy Sun ya había comenzado a tocar, muchos se acumularon afuera del recinto, lo cual motivó la improvisación de los organizadores que tuvieron que coordinar una larga fila que abarcaba dos cuadras y una calle que las personas formadas debían atravesar.
La larga fila obedeció a que el lugar sede, el Circo Volador, cuenta apenas con un acceso para salir y otro para entrar. Además de esto, la disposición arquitectónica del lugar lo hace inadecuado para un concierto masivo: ante cualquier descontrol del público, debido a la disposición del lugar por niveles y sin pasillos ni descansos, no es descartable una estampida o avalancha humana que pudiera provocar algún accidente significativo.
En lo que concierne al concierto propiamente, el grupo se entregó en escena. James Lavelle, Pablo Clements y compañía hicieron un breve recorrido discográfico en el que interpretaron algunos de sus éxitos más conocidos y algunas de sus nuevas producciones, en el que sería el concierto que cerrara su gira después de presentarse en Nueva York, San Francisco y Los Angeles.
"The Answer" apareció de la mano de Ian Astbury en pantalla, justo cuando James se dirigía a su sampler y tornamesas, desde donde ralentiza el tiempo a su antojo y en sincronía perfecta con las imágenes nos introduce en su mundo en el que el pasado sintoniza con el presente. La música en un nivel visual nos hipnotiza y nos toma y nosotros nos fundimos con la erotización de las formas y los colores.
UNKLE recibió con mucha emotividad a los mexicanos que abarrotaron el lugar y que ya desde antes de que los ingleses salieran a escena los pedía al grito de "Óncol, óncol, óncol". La emoción de James Lavelle por el recibimiento que los chilangos les dieron llegó hasta el punto en que el vocalista mencionó que la de ayer ha sido una de las mejores noches de su vida.
El concierto cumplió con las expectativas de una banda de este calibre. Pero el lugar dejó mucho que desear. Antes de buscar culpables hay que mencionar que el problema de la organización recae, más que en sujetos concretos, en las condiciones con que se cuenta en México para organizar un buen concierto de rock, las cuales son parcas por la existencia de un monopolio que acapara y dicta los costes; la falta de infraestructura pública que pueda ser de utilidad, y los nulos operativos de protección por parte de las autoridades de seguridad capitalina.
El set - list
Intro
The Answer
Burn My Shadow
Chemistry
Natural Selection
Reign
Restless
Ever Rest
The Runaway
Keys To The Kingdom
Glow
Ablivion
Eye For An Eye
Encore:
Heaven
Lonely Soul
In A State
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