Una fuente de compasión
En 2004, Frank Warren tuvo una idea que a primera vista podría parecer común: pedirle a la gente que de manera anónima le enviara sus secretos en una tarjeta postal. Abrió un sitio web y en poco tiempo ya tenía más de 10,000 postales. Luego compiló las que le parecieron mejores en un libro que tituló Post-Secret. Secretos extraordinarios de gente ordinaria y se convirtió en un éxito. Con el tiempo se ha convencido de que este proyecto puede contribuir a generar paz y entendimiento entre las personas.
En 2004, Frank Warren tuvo una idea que a primera vista podría parecer común: pedirle a la gente que de manera anónima le enviara sus secretos en una tarjeta postal. Abrió un sitio web y en poco tiempo ya tenía más de 10,000 postales. Luego compiló las que le parecieron mejores en un libro que tituló Post-Secret. Secretos extraordinarios de gente ordinaria y se convirtió en un éxito. Con el tiempo se ha convencido de que este proyecto puede contribuir a generar paz y entendimiento entre las personas.
"Nuestros secretos nos permiten entender cómo nuestras vidas están conectadas a pesar de las distancias geográficas y temporales. Y esto nos trae más entendimiento y compasión. Y podría llevarnos a mayor paz en el mundo", dice el ingenioso artista..
El pasado fin de semana, Warren participó en el Festival La ciudad de las Ideas, organizado por Poder Ciudadano, cuyo presidente es Andrés Roemer. El "artista por accidente", como Warren se auto considera, nos compartió algunas reflexiones:
"Mi experiencia es ésta. Tuve una niñez difícil: crecí con la experiencia de que mi mejor amigo se suicidara. Entonces para mí esos secretos en la página documentan experiencias dolorosas, sufrimiento. No es algo por lo que me tire a llorar, sino me hace sentir conectado y en solidaridad. Todos estamos compartiendo los mismos problemas. El segundo libro de esta serie que publiqué es un libro que me hubiera encantado leer cuando estuve en la preparatoria: momento en el que me sentía solo y no sabía si podría seguir adelante. Por eso este proyecto es tan importante para mí", indica Warren.
El sitio web PostSecret ha recibido 500 millones de visitantes a lo largo de seis años. Secretos de lo más diverso pueden encontrarse en dicha página, desde miedos, arrepentimientos, frustraciones, traumas de la infancia. Secretos de gente ordinaria, que para el autor se trata de "los más auténticos. No me interesan los secretos de los famosos", comparte.
En la invitación que aparece en el sitio, Fran Warren pide a los usuarios ser breves y en cuanto a la postal: "sé creativo, deja que la postal sea tu lienzo". Warren ha llevado las postales a ferias de arte y en exposiciones pero también ha realizado intervenciones públicas con ellas, como meterlas en el interior de libros en bibliotecas.
"No intento suplir el confesionario o el sillón de psiquiatra. Lo más importante es tratar los secretos de todos con respeto y dignidad, por eso los secretos me llegan a mi casa, no hay un Comité, yo los veo todos, los leo, no hay publicidad, y aún así mi sitio lo han visitado 300 millones de personas.
"Para mi el proyecto es tan imporante que me siento privilegiado. No me interesan los secretos de los famosos. Yo aprecio los secretos de gente auténtica, de gente que trabaja. Muchos de los secretos tienen que ver con soledad, intimidad, la destrucción, los desórdenes alimenticios, y no tanto de crímenes.
"Recibo entre 100 y 200 secretos cada día. Casi no se fija en la procedencia de los relatos. Todos tenemos secretos y es sano compartir algunos de ellos, pero nunca todos. Lo mismo es para los Estados. La transparencia es importante pero que no sea total.
"Para mi el proyecto es tan imporante que me siento privilegiado. No me interesan los secretos de los famosos. Yo aprecio los secretos de gente auténtica, de gente que trabaja. Muchos de los secretos tienen que ver con soledad, intimidad, la destrucción, los desórdenes alimenticios, y no tanto de crímenes.
"Recibo entre 100 y 200 secretos cada día. Casi no se fija en la procedencia de los relatos. Todos tenemos secretos y es sano compartir algunos de ellos, pero nunca todos. Lo mismo es para los Estados. La transparencia es importante pero que no sea total.
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