Caminando por la ciudad de México, uno siempre puede transitar por distintas épocas. Nuestra ciudad es convergencia y en otros casos anacronía. Está muy chistoso pararte en una esquina y de pronto sentirte en la década de los 50 en un domingo cualquiera por la mañana como antes cuando la calles estaban vacías, y de repente voltear hacia atrás y ver que una señora esté con su delantal sentada en un banquito vendiendo tamales para que te des cuenta de que nunca te fuiste.
¿De cuándo podría datar esta imagen?
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Ahora bien, enfrente de esta Plaza de Toros juega mi bienquerido Cruz Azul (que por cierto goleó el sábado a los Jaguares, un equipo chiapaneco que quién sabe cómo ha sobrevivido tanto tiempo bueno tampoco tanto- en Primera División).
Hace dos semanas que no registra partido el estadio Azul. Parece que las labores de limpieza tardan demasiado: falso anacronismo o barbarie instituida en los rescoldos del ser chilango.
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1 comment
Hola
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