Nuestro querido Sergio González Rodríguez publica esta pertinaz reflexión e torno de la ridiculez de Alex Syntek y su ofensa nacional que lo llevó a cometer el primer acto radical en su mirserable carrera artística: abandonar twitter. (subiría el link pero como son bien "selectos "los del Reforma, pos pego la nota)
Pobre güey, aparte se pone como todo mamado cuando es un pinche gordo jodido. Es broma, ha de decir él. Pero seguro se le ha de antojar al cerdo.
Pobre güey, aparte se pone como todo mamado cuando es un pinche gordo jodido. Es broma, ha de decir él. Pero seguro se le ha de antojar al cerdo.
El país de Syntek y Lópeks, en el periódico Reforma Sergio González Rodríguez 21 Ago. 10 Molesto porque en Twitter recibió críticas e insultos por cantar la tonada El futuro es milenario, compuesta por él y Jaime López como tema oficial del festejo del Bicentenario, el cantante Aleks Syntek decidió su retiro temporal de tal red social. Uno habría esperado que, en lugar de eso, anunciara por lo menos un retiro espiritual, o musical de semanas, o meses mejor aún, que le permitiera meditar sobre los hechos: la canción es bastante mala en letra y música, además de oportunista y llena de ridiculez respecto de la realidad que vive el País.
"Nacimos para cantar/ Nacimos para bailar/ Nacimos en el lugar/ Del Cielito lindo"... Aleks Syntek advirtió, y así lo declaró, que los mensajes en su teléfono móvil eran "cuchillos que se clavaban en su estómago". Sus fans le rompieron el corazón. Por lo menos, debe agradecerles que ya tiene materia para inspirarse en su próximo álbum. Eso sí, llama la atención que personajes públicos como el cantante de El futuro es milenario parezcan vivir de espaldas a una realidad que es bastante más compleja que una canción... de Jaime López.
Y si los insultos son inadmisibles, las críticas están lejos de ser, como dijo él, una muestra de intolerancia. Vaya que el País está descabezado, como lo muestran estos versos fáciles y el folclor caricaturesco de Jaime López: "El mundo tiene razón/ Que México es puro amor/ Es flor que se da al calor/ Del horno de barro". De risa loca, tanto como el exorcismo de politólogos que sostienen que "México no ama la violencia".
El cantante y el compositor de la tonada en cuestión tuvieron a bien aceptar el compromiso gubernamental, ahora deben asumir sus efectos. A nivel creativo sorprende que, convocados a expresar su talento, tanto el cantante como el compositor hayan registrado una auténtica regresión: El futuro es milenario repite el tipo de letra y música que imperó en los concursos melódicos del locutor televisivo Raúl Velasco en los años 70, y que de cara a un alcance continental de entonces buscaban reafirmar el acento nacionalista frente a otros países de América Latina. Incluido el coro pop "sha-lala-lá". Muy bonito. Los festejos del Bicentenario pueden observarse, al igual que Alfonso Reyes quería ver a México en una nuez, en la cáscara de los tonadilleros referidos: un acto globero, cantarín y soñador.
En otras palabras, el reflejo fiel de los estereotipos de lo popular como una representación literal de nuestro presente y hasta de nuestro futuro: "Más siglos para el amor/ Más siglos para el color/ Más siglos de una canción/ Serán bienvenidos". Tal chatarra musical resulta idónea bajo una vida pública estragada por la ineficacia e irresponsabilidad de gobernantes que han reducido la política a un simple karaoke de declaraciones. Por ejemplo, las 28 mil víctimas por la "guerra" del narcotráfico y el mil por ciento de incremento de delitos, sobre todo contra los derechos humanos por parte de policías y militares en los últimos tres años, representan, desde el punto de vista oficial, la ocasión para emitir sarcasmos zafios: "si ven polvo, es porque estamos limpiando la casa".
Mejor que guarden la escoba. Mientras, crece la inseguridad en el País. Paródica, estrecha y obsedida por las frases publicitarias que se gritan como afirmación de una mente jodida y cervecera en su fatalidad insondable ("orgullo que se comparte"; "gozamos la variedad"), el tema oficial del Bicentenario dibuja de cuerpo entero el vacío gubernamental y su resonancia mercenaria: "La plaza se va llenando/ Lo bueno está comenzando/ Unidos por lo que venga/ al son del Bicentenario". Sólo tenemos una cosa que agradecerles al dúo Syntek-López: el morbo de paladear este regocijo agridulce.
"Nacimos para cantar/ Nacimos para bailar/ Nacimos en el lugar/ Del Cielito lindo"... Aleks Syntek advirtió, y así lo declaró, que los mensajes en su teléfono móvil eran "cuchillos que se clavaban en su estómago". Sus fans le rompieron el corazón. Por lo menos, debe agradecerles que ya tiene materia para inspirarse en su próximo álbum. Eso sí, llama la atención que personajes públicos como el cantante de El futuro es milenario parezcan vivir de espaldas a una realidad que es bastante más compleja que una canción... de Jaime López.
Y si los insultos son inadmisibles, las críticas están lejos de ser, como dijo él, una muestra de intolerancia. Vaya que el País está descabezado, como lo muestran estos versos fáciles y el folclor caricaturesco de Jaime López: "El mundo tiene razón/ Que México es puro amor/ Es flor que se da al calor/ Del horno de barro". De risa loca, tanto como el exorcismo de politólogos que sostienen que "México no ama la violencia".
El cantante y el compositor de la tonada en cuestión tuvieron a bien aceptar el compromiso gubernamental, ahora deben asumir sus efectos. A nivel creativo sorprende que, convocados a expresar su talento, tanto el cantante como el compositor hayan registrado una auténtica regresión: El futuro es milenario repite el tipo de letra y música que imperó en los concursos melódicos del locutor televisivo Raúl Velasco en los años 70, y que de cara a un alcance continental de entonces buscaban reafirmar el acento nacionalista frente a otros países de América Latina. Incluido el coro pop "sha-lala-lá". Muy bonito. Los festejos del Bicentenario pueden observarse, al igual que Alfonso Reyes quería ver a México en una nuez, en la cáscara de los tonadilleros referidos: un acto globero, cantarín y soñador.
En otras palabras, el reflejo fiel de los estereotipos de lo popular como una representación literal de nuestro presente y hasta de nuestro futuro: "Más siglos para el amor/ Más siglos para el color/ Más siglos de una canción/ Serán bienvenidos". Tal chatarra musical resulta idónea bajo una vida pública estragada por la ineficacia e irresponsabilidad de gobernantes que han reducido la política a un simple karaoke de declaraciones. Por ejemplo, las 28 mil víctimas por la "guerra" del narcotráfico y el mil por ciento de incremento de delitos, sobre todo contra los derechos humanos por parte de policías y militares en los últimos tres años, representan, desde el punto de vista oficial, la ocasión para emitir sarcasmos zafios: "si ven polvo, es porque estamos limpiando la casa".
Mejor que guarden la escoba. Mientras, crece la inseguridad en el País. Paródica, estrecha y obsedida por las frases publicitarias que se gritan como afirmación de una mente jodida y cervecera en su fatalidad insondable ("orgullo que se comparte"; "gozamos la variedad"), el tema oficial del Bicentenario dibuja de cuerpo entero el vacío gubernamental y su resonancia mercenaria: "La plaza se va llenando/ Lo bueno está comenzando/ Unidos por lo que venga/ al son del Bicentenario". Sólo tenemos una cosa que agradecerles al dúo Syntek-López: el morbo de paladear este regocijo agridulce.
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