Entrevista a Alejandro Román

miércoles, 20 de julio de 2011

Solitario en la hiperrealidad

Cambia de preocupaciones temáticas el dramaturgo Alejandro Román


No encuentra pares entre otros jóvenes o maduros dramaturgos, siempre que escribe lo hace sobre una "mesa de carnicero" y con dos whiskys en el espíritu; la crítica que se hace de sus obras le interesa poco menos que nada. Pero tiene muy claro que la palabra hay que buscarla, hay que ir tras ella e intentar atraparla, y que la realidad hoy aparece en capas que se combinan de forma extraña comop las vantanas de un ordenador.

Esta suma de cualidades, que muchos pueden poner en tela de juicio, le han granjeado al joven dramaturgo Alejandro Román una gran batería de premios, entre los que destaca el Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón banda 2010. No obstante, el escritor arguye que estos tampoco le importan tanto como, hace algunos años, la búsqueda de una voz personal y, hoy en día, el desarrollo de un estilo único que borde la línea de los géneros:

"Yo ando buscando, tal vez, mi propio género: la hiper narrativa: esta la entiendo más a la hora de acercarme a los medios tecnológicos de la actualidad, los medios informativos o redes, y que de repente puedes detener un fragmento de espacio y de tiempo en un solo cuadro", apunta el dramaturgo, quien el pasado martes asistió al estreno del montaje de una de sus más recientes obras, Fuera de Límites, con la que ganó el Premio Manuel Herrera 2010. La obra inauguró los trabajos de la 9a Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia, que desde el martes y hasta el sábado se realiza en la ciudad de Querétaro.

"Capturo poemas dramáticos"

"Yo voy detrás del poema dramático y no me interesa tanto registrar la realidad", dice el joven dramaturgo, cuya obra presenta a tres mujeres que desde un tiempo y espacio indeterminado narran de manera intercalada sus pesares y, finalmente, su propia muerte.

Pero la contundencia de sus intenciones en este drama se ubica en una escena de la realidad que conecta con su poética personal, la hiper narración: la historia de una mujer que acudiendo a un café Internet puede ver en tiempo real en una de las pantallas del local su propia muerte, pues lo que ella ve en la pantalla es un video que se transmite en una página de narcos (de las cuales dice Alejandro siempre tiene en su ordenardor alguna abierta) y que es filmado por los sicarios que la levantan.

El narco, la violencia de género y la narración de los espacios cotidianos, folklóricos coincidene en su propuesta. En entrevista, el dramaturgo platicó que su obra personal la puede dividir en tres etapas: una primera que es la etapa pop, muy ligada a su llegada a la Ciudad de México, donde encontró todo un nuevo mundo que devora y es cruel; una segunda etapa en la que abordó en 12 dramas el tema del narcotráfico y una tercera, la presente, en la que está embalado en la traducción artísitica del tema sobre la violencia de género.

Con esa pauta escritural, el dramaturgo afirma: "yo me asumo como un cronista: acudo como el reportero a las fichas, a los lugares. Eso hago en mis obras. Me interesa consignar la realidad que nos está avasallando".

"Por eso voy a donde está la palabra y las historias: el conflicto, el drama, la tragedia. En la tierra caliente la palabra es muy bonita, por ejemplo", dice el escritor, quien aclara que su estética la siente muy ligada a la pintura y a la gráfica. Y tiene razón: sus frases son muy poéticas y la poesía de estas ubica su acento en lo nítido de las imágenes que sugieren.

Fuera de Límites, de Alejandro Román

Flojo inicio de la Semana de la Joven Dramaturgia



Echadas las campanas al vuelo, dio inicio este martes en el Museo de la Ciudad, la 9a Muestra de la Joven Dramaturgia con la puesta en escena del drama Fuera de Límites original de Alejandro Román, obra ganadora del Premio Manuel Herrera 2010, la cual no contó con un estreno afortunado.



De acuerdo con el perfil de la Muestra se antojaba que en esta primera puesta se presentara un espectáculo mucho más arriesgado. Pero esto no ocurrió debido al poco tiempo que se tuvo para ensayar un texto que se nutre del poder de la poesía (difícil de memorizar), más el hecho de que la producción tuvo que hacer piruetas para realizar un montaje con un margo presupuesto de 20,000 pesos, y que se cometieron diversas fallas técnicas como la proyección de un video que parecía más una ocurrencia que un detalle lógico en el entramado del montaje.



La obra Fuera de límites se presentó desbordada: sin unidad ni precisión. Si bien la obra parte de fragmentos para ofrecer turnos a una tercia de voces pertenecientes a mujeres de mediana edad vejadas o asesinadas (encarnadas en las actrices Niyura Delgada, Karla Blanco y Mariana Hartasánchez), quienes narran desde un sitio y tiempo indeterminado sus propios pesares, no aterriza en una propuesta o en un argumento redondo. La dirección de Román García queda a deber.



Quizá lo más interesante de la propuesta dramática de Alejandro Román: la narración hipermediatizada (que en el texto se desborda en capas como lo hacen las ventanas en nuestra computadora) vive por su ausencia en el escenario. Quizá es culpa del director pero quizá el texto carece de claridad y la intención del director no aterriza.



La escenografía es una especie de tapiz: un cuadro dividido que presenta rendijas y que atraviesan las actrices sin un orden aparente. Al frente de este mismo cuadro se ubicó, quizá, el elemento simbólico más redondo de esta propuesta: una especie de archiveros metálicos, de las cuales se pueden advertir algunas lecturas: esos archiveros fríos como las planchas metálicas que reciben a los muertos anónimos son a un mismo tiempo una metáfora del olvido de los cuerpos y también del olvido de los expedientes de tantas personas cuyos crímenes han quedado sin resolver en un país como el nuestro donde manda la impunidad.



Si unos de los grandes dones y objetivos de esta Joven Muestra son acompañar a una obra desde su gestación hasta su resolución escénica y, por otro lado, ofrecer la posibilidad de encuentro entre los creadores, los realizadores y el público, el efecto ha dado resultado porque la obra se montó y fue comentada. Pero la calidad, abre hacia el futuro otra asignatura: ser más exigentes y puntuales con los contenidos, las propuestas y sus traducciones en escena.



La Muestra apenas comienza y tiene la oportunidad de enderezar el camino en las lecturas dramatizadas programadas. En el papel suenan muy interesantes. Esperamos que así sea.

ARRANCA 9 MUESTRA DE LA JOVEN DRAMATURGIA

viernes, 15 de julio de 2011

La joven dramaturgia mexicana, en plena efervescencia

Hace 8 años, una generación huérfana de jóvenes dramaturgos tuvo las agallas para lanzar un grito con el que pronunciaban su existencia en el mapa teatral nacional, un grito como repuesta ante la indiferencia institucional y la falta de espacios para difundir su trabajo. Ellos se organizaron para programar sus propuestas dramáticas en un rellano del Museo de la Ciudad, en Querétaro.

En aquel momento, los jóvenes dramaturgos de la generación de Edgar Chías, Barbara Colio, Luis Saillón, Jorge Curi, Iván Olivares, Sair Abréu, Mario Cantú, Daniel Serrano o Conchi León, irrumpieron con una encuentro que hoy, con 9 ediciones en su haber, se presenta como la Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia (9MNJD).

El ingeniero de esta iniciativa es el dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez Ortíz Monasterio (LEGOM), quien dice con humor: "la creamos cuando éramos unos jóvenes prometedores antes de convertirnos en unos viejos decrépitos".

"Nuestra generación no venía en esta tradición de maestro-alumno: nacimos en la total orfandad, sin reconocer a un maestro en específico. Así que nos inventamos esta muestra para promovernos", comenta Luis Enrique, quien al término de esta 9a edición dejará la parte operativa procurando así que sigan siendo las nuevas generaciones quienes dinamicen este encuentro que hoy en día goza de toda credibilidad en el medio teatral mexicano.

"México es una potencia teatral": LEGOM

LEGOM no se anda con rodeos ni exagera: "Asistimos a una explosión de la dramaturgia. Las obras teatrales que se crean en nuestro país son cada vez más interesantes. México es una potencia teatral a nivel de la dramaturgia, a donde quiera que vamos nos reciben como de primer mundo. El problema es que en nuestro país se cuenta con muy pocos espacios. Por eso necesitamos que haya 4 o 5 más muestras de este tipo", dice el dramaturgo.

"Venimos de 30 años donde las figuras principales eran los directores y los escenógrafos; ahora ha habido un cambio muy importante donde la dramaturgia ha recuperado espacio, sobre todo el teatro de la palabra, teatro del decir, sobre el teatro de imagen.

"Y han pasado dos cosas: primero, una revaloración de la figura del actor en el espectáculo teatral, y segundo, asistimos a una vuelta de los públicos: las nuevas generaciones meten mucho público a escena", comenta LEGOM, quien dice de sí mismo que es "el más odiado" porque por cada uno de los espectáculos escénicos que se programan en la Muestra hay 10 que no, "y esos nos mientan la madre porque no los pusimos", añade.

La Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia comenzó en 2003, en el Museo de la Ciudad, en Querétaro. El programa incluyó lecturas dramatizadas a las que asistía un público de entre 20 y 30 personas. Pero desde aquella primera edición en 2003, cuenta LEGOM: "sucedió la magia: hubo dos o tres lecturas que nos dieron muy buena promoción y a partir de ahí la Muestra ha seguido creciendo. Ahora ya nos presentamos en un teatro en forma; a las funciones acuden alrededor de 300 personas, el quórum es tal que en muchas presentaciones mucha gente se queda afuera", comenta LEGOM.

"La dramaturgia nacional tiene muchas caras": Edgar Chías

El joven dramaturgo mexicano Edgar Chías es otro de los ingenieros de esta plataforma nacional para la promoción del teatro joven. Pensando en la ubicación transgresora de esta Muestra, apunta:

"Lo más interesante de la dramaturgia mexicana son sus temáticas, su diversidad técnica, su libertad pitorrera desde donde los autores abordan la posibilidad de producir un intercambio con el público. Y sobre todo, no tiene una cara sino muchas. En cambio, la parte más oficial fincada en la Compañía Nacional de Teatro insiste en que hay una forma de hacer teatro, y eso es un poco violento.

"Tal vez sí, ese teatro (el que hace la CNT) es el teatro de a de veras, y nosotros hacemos otra cosa. Pero, finalmente, es lo que nos gusta, y encuentra réplica en más espectadores y lectores y no tiene que alinearse. Estas propuestas están siendo lo que son y de esta manera confirman que están vivas y convocan.

"La crítica o enseñanza más importante que podemos rescatar de proyectos como esta Muestra y otras similares es que han sido iniciativas civiles. Cuando éramos más jóvenes tal vez lo más natural hubiera sido esperar nuestro turno pero luego nos dimos cuenta de que si esperábamos demasiado nunca iba a llegar. Si nosotros no creábamos los foros no iba a pasar nada. Y eso,ha hecho pensar a las instituciones su rol y la respuesta que deben dar a este tipo de iniciativas", comenta Chías.

Partidarios de la coproducción

En cuanto a la distribución del programa, la mitad son lecturas dramatizadas y la otra mitad montajes. En esta ocasión, uno de los montajes, la obra de Conchi León, La otra crueldad, es una coproducción de los estados Yucatán y Querétaro. La demás programación no es muy experimental ni muy académica, son propuestas muy cercanas al espectador.

Un aspecto diferencial de la 9MNJD es que se ha buscado promover entre los participantes el modelo de coproducción pero en el futuro es uno de los aspectos que se quiere reforzar para que sean al menos dos instancias estatales las que sostengan el desarrollo de un proyecto y, de esta manera, se pueda crecer en cuánto a número de montajes y de sus propias representaciones.

"Queremos volver concreto el diseño de las instancias productoras de teatro y dramaturgia mexicana: acompañar los procesos desde la gestión literaria de un texto hasta que se convierte en acontecimiento escénico para que luego se integre en un mercado", apunta Edgar Chías.

"Es triste que ni los textos ni las puestas tienen fortuna o plataformas de movilidad para salir de la localidad en la que se generan. Una de las virtudes y generosidades de esta Muestra es que sí ha podido insertar a las obras que presenta en una red de plazas y muestras", comenta el dramaturgo.

Violencia, comedia y juventud

En cuanto a las propuestas que integran el cartel de esta edición, LEGOM indica que en general "hay una tendencia fuerte hacia la violencia, lo cual es natural por lo que ocurre en el país, y en las obras prevalece un registro ligado a la comedia: es el género más recurrido por las nuevas generaciones, pero más que la comedia es el absurdo naturalista de Pinter: esta obra con los excesos fársicos en un tono muy naturalista. Fuera de límites es un melodrama. Magnetar es una comedia con un humor muy fino, de Raúl Valles, un excelente director", comenta el escritor.

"Siete, de Imanoll Martínez, un chico de apenas 19 años, es una obra maravillosa. Imanoll es un chico que tiene mucho por dar, y ya presenta una obra muy arriesgada y sólida. Para narrar una explosión narra los fragmentos, eso en el sentido formal. Su obra conserva los excesos de la juventud, tiene un espacio lírico afortunado y se vuelve una obra muy disfrutable. Este joven es un gran hallazgo, además de que juega de local pues es queretano", dice LEGOM.

Edgar Chías proyecta que en las futuras ediciones de la Muestra se lancen dos o tres coproducciones anuales y se refuerce el modelo pedagógico (los talleres), "dando la posibilidad de que haya residencias más extensas, y con los talleres se promueva una actualización" para críticos, dramaturgos, actores, productores, traductores, y escenógrafos.

La Muestra también se ha convertido en un espacio para hacer negocios porque acuden productores y promotores, gente que se puede interesar en contratar algún espectáculo y ahí mismo se firman contratos, aseguran los dramaturgos.

9a Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia
Del 19 al 23 de julio
Museo de la Ciudad
Querétaro, Qro.
Consulte la programación en: culturaqueretaro.gob.mx en Internet.

legom68@hotmail.com

La máquina de Esquilo

jueves, 14 de julio de 2011

El teatro en sus orígenes
Montan La máquina de Esquilo, en Chapultepec

El teatro es una de las pocas instituciones de la antigüedad que prevalece hasta nuestro tiempo. Esquilo (Siglo V antes de nuestra era) fue una máquina de escribir teatro, dejando un legado de más de 70 obras. Hoy en día, esa máquina esta activa y en el mundo entero, incluido nuestro país, el teatro vive de un gran momento de experimentación y de trabajo estético que hoy se practica de forma intermedial y transdisciplinaria.
Sin embargo, en México, este tipo de trabajos son poco visibles. No obstante, salvo algunas excepciones que poco a poco, sobre todo en la última década, han logrado acumular un cierto prestigio en la escena independiente, una gran parcela es desconocida. Por eso, desde este mismo rincón se han buscado nuevas propuestas que acerquen el teatro al gran espectador.

Luis Enrique Gutiérrez Ortíz Monasterio (LEGOM) es uno de los autores montados en esta exploración. Autor de una basta cantidad de obras dramáticas, entre las cuales algunas de las más conocidas son Perros hinchados a la orilla de la carretera y De bestias, criaturas y perras, también ha incursionado en el teatro para jóvenes, de donde han surgido obras en las cuales su característico tono irónico, su irreverencia y su desparpajo en el uso del lenguaje, se mantienen, muy en contra de las convenciones.

Esto ocurre en la obra La máquina de Esquilo, que este fin de semana y el siguiente (16, 17 y 23 y 24 de julio) se presentará al aire libre en la Plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque, con la dirección de Alberto Lomnitz y el talento de los jóvenes y audaces actores: Olivia Lagunas, Sonia Franco, Abril Mayett, Raúl Vallejo, José Cremayer, Guillermo Villegas y Ricardo Rodríguez.

La irreverencia y la originalidad de LEGOM se trasminan en el tono, el tema y la propuesta que Lomnitz lleva a cabo. Un tono paródico que se sirve del carnaval y el folklor léxico para lograr contundencia comunicativa; en ese sentido el texto no desdeña al público que va dirigido, los jóvenes, y por tanto se expande al mismo tiempo que es elocuente.

Un tema pertinente que se trata sin ninguna solemnidad: la poca cultura teatral de una mayoría significativa de ciudadanos se ve como una oportunidad para bajar del pedestal a Esquilo y ponerlo al nivel de las personas y así, dese ahí poder valorar su legado: dotar de teatralidad a la narratología de los primeros brujos y chamanes del mundo moderno.
Esquilo (Siglo VI AdC) fue un soldado griego que con el paso de los años se transformó en dramaturgo. Desde sus tragedias el teatro ha evolucionado. LEGOM encontró en esta manera de contar la historia de uno de los grandes pilares del teatro moderno, la manera de hacer de la teatralidad un acto en directo, cercano, hábil y divertido.

En este sentido, la propuesta estética se transforma en una propuesta ética: acercar al gran público a la experiencia del teatro. ¿Obstáculos? Ninguno más que las inclemencias del tiempo. Porque la estructura es sencilla: un principio que es un traslado al pasado (teatro desde fuera del teatro que se inserta en el alma de la anécdota, como en Jesucristo Superestrella) desde donde se comienza a contar la historia; una escenografía movible y muy precisa en la que se utilizan también instrumentos improvisados (botes de basura como tambores, mangueras de plástico como cornos); una experiencia horizontal que emula una de las grandes aportaciones griegas a las sociedades del futuro: el espacio del ágora, la asamblea; y un texto muy ingenioso que convierte a la tragedia en una gran comedia: ácida y fibrosa como las magnas comedias de la historia.

El montaje es una apuesta loable y una buena oportunidad para divertirse en familia, para ir a ver teatro muy bien realizado: un buen texto con un director preciso más una media docena de confiables y talentosos intérpretes. Si es maestro lleve a sus alumnos. Si es director de una escuela pida una cita con este ensamble y dele oportunidad al teatro que todos llevamos dentro.

La máquina de Esquilo
Plaza Ángel Salas (Centro Cultural del Bosque / detrás del Auditorio Nacional)
Sábados 16 y 23 y Domingos 17 y 24 de julio.
Entrada libre.

Más sutil que el espejo, de Alberto Villarreal

martes, 12 de julio de 2011

Una sutil "presentación" dramática
Da inicio de recindencia de Alberto Villarreal en El Milagro

El dramaturgo y director de teatro, Alberto Villarreal es uno de los jóvenes artistas de la escena que entienden la necesidad de reflexionar sobre los problemas teatrales que afectan a dicho arte en nuestro país y, sobre todo, de convertir esas reflexiones en experiencia, es decir: en presentación y no solo en representación. Por eso a partir del miércoles pasado dio inicio en el Teatro El Milagro un periodo de residencia artística del dramaturgo con el estreno de la obra Más sutil que el espejo, de la que es autor y directo.

Textos que se componen de imágenes, imágenes que se manifiestan como poesía, sonido y ruido que se produce como manifestación emotiva, figuras simbólicas y metáforas de escena. Todos estos recursos son tomados por el joven dramaturgo para saturar con referentes audiovisuales y con la palabra como calzador de la memoria, una obra de teatro que nos mira de un modo tan o más sutil que el espejo.

Más sutil que el espejo presenta a cuatro personajes. Ellos en un principio portan máscaras de monstruitos y exploran el mundo de la infancia y del tacto. Luego, en una taquicardia escénica que se sirve de la parodia y el ridículo los personajes bailan alocadamente o componen coreografías a lo Michael Jackson. Es ahí cuando la obra cae en el centro: un cuento que un padre dice a su hijo en medio de una conversación familiar, una mañana. A partir de ese recuerdo vienen las preguntas y las interpretaciones, los puntos de vista, las miradas. Finalmente, la criba y la manifestación de las potencialidades de existencia.

El pasado jamás es asible, siempre es una versión o un lado b de nuestro presente. El hijo no puede recordar el cuento, así que reconstruye desde diversos puntos de vista o desde diversas perspectivas, aquella mañana. La anécdota alcanza nivel de metáfora escénica: pone de manifiesto los alcances y la importancia de la dirección y de la presencia artística. Es decir, con un simple cambio de planos (esta escena central se repite pero los actores dan un giro de 180 grados con respecto a su ubicación espacial) el espectador entiende la importancia del montaje y la trascendencia de la trama coreográfica que es dirigir a los actores. Pero también se juega con los símbolos del espacio. Uno de los fundamentales: atravesar la cuarta pared.
La obra es asimismo un alegato, sutil, contra las convenciones, contra el malestar radical de la condición humana, y en ese sentido se preocupa constantemente, no por los vivos ni por los niños, sino por los no nacidos: tantos y tantos por venir a este mundo en el que lo único seguro que les ofrece es dolor. La asunción de la culpa, a nivel temático, es la propuesta más interesante de esta obra de teatro. La asunción que proyecta asumirla.

Esta joven compañía (Teatro y más arte escénico S.C.), que nace a partir de este montaje pero que ya tiene un par de años elaborando contenidos web, elabora con pocos recursos una obra que roza el escándalo (podrá gustarle o no, eso es cuestión de enfoques) pero los actores Paulina Sánchez, Astrid Romo, Yara Guerrero y Luis Villalobos, jóvenes egresados de la Licenciatura de Actuación de La Casa del Teatro, ponen por delante el compromiso con la acción dramática. Y eso se agradece.

Poker Face, de Maureen Callahan

lunes, 11 de julio de 2011

Disecciona el fenómeno Lady Gaga
Circula en México reportaje sobre el rápido ascenso de la diva

Ocho meses convirtieron una pregunta sobre los orígenes de Lady Gaga en un amplio reportaje que echa luces sobre el gran mito que se ha construido alrededor de la cantante más importante del espacio simbólico transitorio entre las dos primeras décadas del siglo XXI. Ochos meses que abarcan el inicio de la Monster Ball Tour, en la ciudad de Manchester, Inglaterra, en febrero de 2010 y su presentación en Japón a finales del mismo año.

De la potencia a la realidad. Ochos meses en los cuales pasó de ser una estrella con un primer logro: irrumpir con firmeza en la escena musical internacional respaldada por un fuerte apoyo de la compañía discografíca Interscope, y mucha intuición y cálculo en el uso de las redes sociales. Y se convirtió en una diva, como lo apunta la periodista y escritora Maureen Callahan (que fuera durante siete años redactora en jefe del New York Post, diario que la propuso en 2009 para optar por el prestigioso Premio Pulitzer).

El libro de Callahan no es una biografía sobre Steffani Joan Germanotta, quien desde antes de convertirse en la famosa Lady Gaga, ya había tenido algunas brevísimas apariciones en TV (principalmente en una escena en Los Soprano y como víctima en uno programa de bromas de MTV).

Este libro, de acuerdo con el sugerente título, Poker Face (Ediciones B, 2010), que alude directamente a uno de los primeros éxitos de la cantante, y que significa algo así como "el rostro tramposo" indaga en esa primeras preguntas que asaltan a todo fanático de la cantante: ¿de dónde vino?, ¿quién es?, ¿es auténtica o una copia maquillada?, ¿quién estuvo detrás de tan tremenda maquinaria de publicidad?

Con base en una larga lista de entrevistados, Callahan hilvana algunas líneas: la visión e influencia del padre de Steffani, un agudo empresario de origen italiano, es fundamental para la disciplina de esta cantante; la personalidad voraz de la joven neoyorkina que se traduce en esa actitud echada para adelante que, en el camino, a muchos desesperó y a otros tantos puso de cabeza, más su audacia e inteligencia, la hicieron amoldarse a todos las sugerencias, sobre todo la primera: dejar de ser una gordita de cabello negro y convertirse en una mujer sexy y rubia; la estrategia de grandes marcas en el diseño de un producto que fuera comercialmente atractivo: mantener un sonido pop tradicional, en contra de los deseos adolescentes de Steffani: ser una cantante genuina, más decantada por el jazz.

Además, la disciplina que la ha hecho dar conciertos casi todas las semanas en tan solo un par de años, empezando por pequeñas presentaciones en bares gays con un discurso dirigido a dicho grupo, pero también apareciendo en fiestas neoyorkinas a las que acuden los grandes productores, o como telonera de The New Kinds On The Block y hasta del grupo femenino, hoy plenamente olvidado, a quien llegó a componerles canciones, The Pussycat Dolss.

En su largo reportaje, Callahan apunta un hecho contundente: Gaga ha sabido entender el funcionamiento de los medios de comunicación y las redes sociales, de tal manera que le ha dado la vuelta al fenómeno violento de la propaganda: los paparazzis no la cazan, es al revés: ella es una caza paparazzis.

No es ingenua: prueba de ello es que jamás se la ve ebria o en un estado indispuesto. En ese sentido, jamás "da la nota" que los demás buscan sino que ella "da la nota" que quiere dar. Estrategias como, en un principio, aliarse con un bloguero exitoso, Pérez Hilton, o asumir una postura a favor de una minoría (gays), le redituarían en el futuro.

La imagen ante todo. Por eso se entiende que para ella sea preferible, por ejemplo, llegar tarde y exasperar a la prensa mexicana pero llegar finalmente vistiendo un atuendo que dejó a los medios boquiabiertos. Al día siguiente la nota era su atuendo y no que los hizo esperar casi dos horas. Ella dijo: "perdón chilangos pero quería estar presentable para ustedes".

La investigación de Maureen Callahan funciona como un micro relato expandido o como una micro historia de la aceleración. El pasado más lejano que ubicamos en este libro se remonta a 2006. En los ochos meses mencionados, los cuales se registran al principio y al final del libro, hay una suma cuántica a partir del relato terciado. Lady Gaga no es portavoz de su propia historia porque esa historia es ficticia o ha sufrido una hipertrofia. Los portavoces son los otros, y sobre todo, los que en el proceso de formación de ese Monstruo llamado Lady Gaga, han sido borrados o echados a la basura. Se cuenta que, fácilmente en unos meses, Germanotta siguiendo una máxima de perfección ha despedido directamente a más de 150 personas.

Tal vez Lady Gaga es como el personaje Edward Blom, de la entrañable película Big Fish, en la cual un viejo en la antesala de la muerte repasa su vida como un joven pueblerino que fue capaz de vencer todo tipo de adversidades para convertirse en quien quería ser. La historia es bellísima aunque da la impresión que todos los relatos del viejo son hiperbólicos. Y, sin embargo, al exagerar se potencia una de las grandes cualidades humanas: la imaginación. Esa idea se filtra al final de la película de Tim Burton.

Por eso, Callahan no hace ni una apología pero tampoco una denuncia de Lady Gaga. Su reportaje es amplio y se mantiene al nivel de una propuesta abierta (es importante apuntar que la traducción tiene fallas). Pero su libro es una manera de tratar de entender el fenómeno desde su forma más natural: la humana. Como hace muy poco lo hizo la cadena HBO con un especial supremo, justo en los días que Gaga visitó nuestro país: y nos muestra a una chica de 24 años, ¡por Dios! que por supuesto duda y es insegura, y que además ignora aspectos de la cultura, la política y de la sociedad que trascienden por mucho la importancia de una presentación en vivo, pero que, quizá, no trascienden la importancia de la música y del arte, ni de la sensibilidad.

El libro de Callahan es importante para recordar a esa niña gordita de nariz grande y cabello negro que se sentaba a su piano y tocaba sin importarle nada más que su música, y es importante también para recordar que hay "necesidades" (las grandes corporaciones, el trabajo, las utilidades, la cultura) en el mundo que dilapidan los sueños de la gran mayoría, corporaciones que al margen del beneficio económico, no tienen ningún otro interés. Y también es importante para recordar que, sin embargo, pese a estas necesidades, sin duda, es mejor seguir soñando, seguir imaginando. Sí, porque es un sueño: creer que podemos ser quienes queremos ser.

Lamento por Adolfo Sánchez Vázquez

domingo, 10 de julio de 2011

Bueno, unos apuntes, una lectura de primera intención sobre la importancia que tiene su ausencia. El viernes murió el gran filósofo Adolfo Sánchez Vázquez.

El último gran filósofo radical
Gran parte de su legado descansará en la Facultad de Filosofía y Letras

Todavía hace un año podía vérsele caminar con dificultad, pasito a pasito, por los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A su paso abría una estela de rumores y una brisa de inteligencia, erudición y sensibilidad que algunos ejemplares de las jóvenes generaciones, arropadas como modelitos con sus novísimos diseños de arrogancia y frivolidad, recibían como una cachetada hueca sin sonido o un balde de agua fría que solo les moja los huesos.

Cuando don Adolfo Sánchez Vázquez caminaba cerca, el rumor arrastraba su nombre: "ese es Sánchez Vázquez". Y muchos sentían ese rumor en el aire y solo podían contener el aliento e imaginar que hacían una reverencia porque eso de respetar a los viejos hoy carece de valor. En un país en el que la filosofía es asunto de poca monta y de nulo interés gubernamental para la formación de los individuos, es casi imposible encontrar canales que le tomen la medida a la magnitud del significado que representa la muerte de don Adolfo. En un mundo que ha encumbrado nombres y no obras y en una Academia que ha perdido todo sentido de lealtad y nobleza de espíritu para convertirse en un absurdo ring de egos, la muerte de Sánchez Vázquez cierra un episodio en la historia de las ideas de nuestra nación, si no es que el último.

Muy pocos de quienes hoy caminan en los pasillos de esta facultad tomaron clase con el filósofo mexicano nacido en España. Los jóvenes que hoy acuden a esta casa de saber, tal vez no lo han leído pero el nombre es una eminencia. Su nombre es una reverberación de los grandes anhelos y sueños de las generaciones que nos precedieron, las últimas generaciones románticas que han trascendido como tales, como colectivos. Pero su mayor legado (sus ideas, sus libros) serán donados a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, una institución que penosamente se está auto borrando del mundo.

Pero el legado trasciende el recinto. Muchos han sido formados por las lecturas de Sánchez Vázquez, bajo su mirada teórica y sus aproximaciones al estudio de las relaciones entre la realidad y los medios de producción de las sociedades capitalistas. Generaciones y generaciones que hoy lamentan su muerte y a quienes nunca nadie (ni siquiera las televisoras) les va a robar esas partículas de pensamiento que el filósofo logró depositar, a partir de sus textos, en su cabeza: en su manera en entender el mundo y de actuar en él. Porque finalmente eso es lo que logra la filosofía: dotar de ideas que configuran una personalidad que actúa en el mundo consciente de su incidencia.

Adolfo Sánchez Vázquez falleció el viernes pasado en la ciudad de México, ciudad que lo adoptó desde hace seis décadas. Se trata sin duda de uno de los más importantes filósofos que ha surgido en nuestro país, uno de los más rigurosos, quizá el más influyente en varias generaciones, y también uno de los más reconocidos a nivel internacional, un filósofo de convicciones pero abierto a la contingencia y multiplicidad inherente a la pulsión filosófica: la dinámica del pensamiento.

Durante su larga vida, Sánchez Vázquez integró una copiosa obra, que en su mayoría gira en torno de reinterpretaciones sobre el tótem Carlos Marx. Ligado a la poesía, y enfocado en el estudio de la realidad, reivindicó el poder imaginativo de la conciencia humana, su necesaria dimensión creadora y la rebeldía inherente a la utopía: la inconformidad perenne que es producto de la única verdad: la realidad es perfectible y nuestro actual estado de existencia y convivencia no es el ideal.

Ilustre pensador que tuvo su mayor arco de influencia durante la guerra fría y la penosa etapa de dictaduras en América Latina, en aquellos años y hasta sus últimos escritos propuso reconducir la mira para platear una alternativa al socialismo, como lo hicieran una década antes, a finales de los 60, otros filósofos marxistas de la talla de Herbert Marcuse o Georgy Lukacs, luego de que el socialismo realmente existente había mostrado sus fisuras.

"Al tratar de realizarse la utopía, se muestra la impotencia o imposibilidad de realizarla. Pero, esta impotencia —absoluta en ciertas utopías—, es relativa y condicionada en otras. El fracaso de hoy, puede ser el éxito de mañana. El sueño y la ilusión presentes, pueden ser una realidad en el futuro. Pero subrayemos: pueden ser..." escribió Sánchez Vázquez en el libro de ensayos Entre la realidad y la utopía.

Muere un filósofo necesario, de esos que no se dejan seducir por la estridencia del fenómeno del momento, sino de aquellos que miran al pasado para entender el presente y proyectar el futuro. No un filósofo de ideas sino de plataformas. Un filósofo de raíces que se expanden hacia el magma de la historia, la cultura y el ser. Descanse en paz, el último de los grandes filósofos radicales.

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