Estas son algunas de las obras teatrales más destacadas que se montaron en 2010, año que permitió el repaso y reflexión sobre el Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia mexicanas, y en el que también se retomó piezas internacionales del pasado y se trajo a México nuevas propuestas escénicas, de las más novedosas a nivel internacional. Esta lista es apenas una aproximación subjetiva pero destacan tres aspectos: la calidad de los actores mexicanos, que son quienes al final de cuentas dan soporte incluso a las obras menos destacadas; la diversidad de las propuestas con sus desiguales presupuestos comprobando que la calidad no es solamente una cuestión de inversión monetaria, y la huella indeleble de un grande del teatro mexicano: Enrique Singer, quien en nuestra lista dirigió tres de las primeras cinco.1. Juegos siniestros
Juegos siniestros, de Anthony Shaffer gana de entrada: no sólo porque históricamente es una de las obras de teatro más exitosas, desde su estreno en 1971, sino también por quienes la montan: es dirigida por uno de los mejores dramaturgos mexicanos, y que tiene toda la vitalidad, Enrique Singer, además de contar con el mejor director de escena de este país: Jorge Ballina y los dos mejores actores de la actualidad, tal vez el actor más pujante la última década y su heredero o sucesor: Daniel Giménez Cacho y José María Yazpik, actores que nos regalan un duelo en vivo que se transmina a sus personajes : Un novelista famoso recibe en el estudio de su hogar al nuevo hombre de su esposa, éste llega a casa del escritor para pedirle que firme el divorcio. Lo que comienza como un encuentro cordial, con unos vasos de whisky terminará con resultados fatales, luego de que el escritor le burla un juego siniestro a la mente del amante de su esposa.No se la pierda. Actualmente se presenta en el teatro Insurgentes.
2. Los insensatos
Los insensatos de David Olguín fue una de las apuestas más radicales y logradas en el teatro que se presentó en México, el 2010, sobre todo, en lo concerniente a la obligada reflexión sobre el Bicentenario. La locura en esta obra tiene sustenta una metáfora de nuestro país pero también su resorte crítico: la Castañeda fue un manicomio mandado construir por Porfirio Díaz como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México en los límites de la Ciudad de los palacios, pero en esta obra sus internos representan el reverso del progreso ansiado por el régimen del Dictador: el ostracismo, y el resultado: vidas rotas, despersonalización, muerte: tal y como sigue ocurriendo hoy en día en nuestro país. Se presentó en el Teatro El Milagro.
3. Oleanna
Un poco antes de que la guapa Irene Azuela acaparara todas las portadas de las revistas, protagonizó una de las obras más puntillozas que se presentaron este año en nuestro país, obra escrita por uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes, David Mamet. De la mano de Enrique Singer, quien la protagonizara hace 15 años junto a Mónica Dionne, Oleanna presenta un diálogo entre una alumna y su profesor, en una conversaicón cuyo pulso lo dan el equívoco, la incomunicación, el poder, y en el fondo, la irrenunciable seducción (y su inherente porción de engaño) humano. Se presentó en el Centro Cultural del Bosque.
4. Natán, el sabio
Natán, el sabio es una muy divertida e ingeniosa comedia de enredos del alemán Gotthold Ephraim Lessing, que en esta versión contó con la adaptación de los maestros Stephanie Weiss y Luis de tavira, la dirección meticulosa de Enrique Singer y el talento de la Compañía Nacional de Teatro y su primer actor Ricardo Blume, quien representó al sabio Natán, judío, negociador y comerciante, que vivió en Jerusalén durante la Tercera Cruzada, cuando en la ciudad santa convivían los jerarcas de las tres principales iglesias (Islam, Cristianismo, Judaísmo) en relativa paz, tiempos en los que además combatían los Caballeros de la Orden del Temple, los Templarios. Esta obra de repertorio tiene, además, en sus temas mucha vigencia: la intolerancia religiosa, la incapacidad de escuchar. Se presentó en la sede de la CNT.
5. El malentendido
Es una obra totalmente desesperanzadora, escrita por Albert Camus en 1944. Con este drama el autor muestró una de sus preocupaciones fundamentales: el absurdo de la existencia que sucumbe ante los giros inesperados del destino. En el montaje realizado por la CNT, se destacaron las actuaciones de Ana Ofelia Murguía y Emma Dib, madre e hija que atienden una posada a la que llega el dijo de aquella, que abandonó la casa materna siendo niño e ignora que madre e hija se dedican a matar personas. La fuerza y calidad interpretativa de Murguía y Dib lograban hacer rabiar y llorar al espectador. La dirección de Marta Verduzco fue precisa, clara y eficaz: la directora no inventó nada pero sacómucho jugo de pequeño foro en donde se presentó la obra, el Teatro Casa de La Paz.
6. Lascuráin o la brevedad del poder
Escrita en 2005 y estrenada ni más ni menos que en Palacio Nacional justo cuando el país se agitaba por el tema del desafuero a López Obrador, Flavio González Mello, uno de los dramaturgos mexicanos más importantes de la actualidad, Lascuráin o la brevedad del poder se volvió a presentar este año, en el Teatro Casa de la Paz. La obra imagina los 45 minutos de la Presidencia de Pedro Lascuráin depsués de que Victoriano Huerta traicionara a Francisco I. Madero en 1913; 45 minutos que bastan para rememorar las cualidades de la continuación del gran y todo poderoso tlatoani mexicano: el Presidente de la República. Una sátira política que critica la esclerosis que afecta a todo aquel que en este país detenta cualquier tipo de espacio de poder.
Es una obra totalmente desesperanzadora, escrita por Albert Camus en 1944. Con este drama el autor muestró una de sus preocupaciones fundamentales: el absurdo de la existencia que sucumbe ante los giros inesperados del destino. En el montaje realizado por la CNT, se destacaron las actuaciones de Ana Ofelia Murguía y Emma Dib, madre e hija que atienden una posada a la que llega el dijo de aquella, que abandonó la casa materna siendo niño e ignora que madre e hija se dedican a matar personas. La fuerza y calidad interpretativa de Murguía y Dib lograban hacer rabiar y llorar al espectador. La dirección de Marta Verduzco fue precisa, clara y eficaz: la directora no inventó nada pero sacómucho jugo de pequeño foro en donde se presentó la obra, el Teatro Casa de La Paz.
6. Lascuráin o la brevedad del poder
Escrita en 2005 y estrenada ni más ni menos que en Palacio Nacional justo cuando el país se agitaba por el tema del desafuero a López Obrador, Flavio González Mello, uno de los dramaturgos mexicanos más importantes de la actualidad, Lascuráin o la brevedad del poder se volvió a presentar este año, en el Teatro Casa de la Paz. La obra imagina los 45 minutos de la Presidencia de Pedro Lascuráin depsués de que Victoriano Huerta traicionara a Francisco I. Madero en 1913; 45 minutos que bastan para rememorar las cualidades de la continuación del gran y todo poderoso tlatoani mexicano: el Presidente de la República. Una sátira política que critica la esclerosis que afecta a todo aquel que en este país detenta cualquier tipo de espacio de poder.
7.Agosto
Contada con un humor negro que expone y cala en los vicios de toda índole en que incurren asiduamente las personas (desde la droga hasta el sexo, la mentira y el desprecio), Agosto, de Tracy Letts, ofreció una mirada cercana y atroz a las contradicciones y el dolor que las propias familias se infligen desde su interior. Montada a la altura de las grandes producciones internacionales, Agosto no resultó en México y tuvo que terminar pronto su temporada. Contó con un elenco dispar, tres actrices destadas: Blanca Guerra, Lilia Aragón y Verónica Jaspeado y otros más, de baja talla, no obstante entrañaba una crítica mordaz a los tabúes en torno de la hermandad y los buenos valores familiares. Se presentó en el teatro San Rafael.
8. Un Dios salvaje
Pocas obras de teatro pueden hacerlo botarse de risa y al final salir con un gesto dubitativo: ese gesto que significa, ¿bueno, qué diablos? Este montaje de Un Dios salvaje , dirigido por Javier Daulte, logra con finura ese efecto porque vence por knock out: "Ah, ¿se la está pasando muy bien? Pues tomé". Durante una hora y media usted se ríe de las tropelías de cuatro personajes que intentan enfrentarse, madurar y reconocerse pero son muy cobardes para lograrlo. La obra cuenta con un elenco de telenovela pero que no por eso deja de ser contundente en su resultado. En el grupo, Mónica Dioné es sencillamente insuperable. Civilidad, confusión, cobardía, Dios, apariencias, buenos modales: son elementos de burla para su escritora Yasmina Reza. Actualmente está en cartelera y se presenta en el teatro Fernando Soler.
9. Gorda
Gorda, del aclamado dramaturgo Neil Labute, es una obra divertidísima con un final silencioso que duele. Fue otra de las apuestas teatrales que en México pasó con más pena que gloria en cuestión de entradas, pero que brilló por la calidad del libreto, la agudeza pintoresca de la adaptación y por la empatía y afabilidad de los actores: Héctor Suárez Gomís y Mireia Gubianas, quienes representaban una pareja de enamorada separados por "una cuestión de peso": ella es muy gorda. Dirigida por Daniel Veronese, la obra provocaba que el espectador saliera con una pregunta: ¿de qué diablos me estoy riendo?, apesar de que el humor es el que lleva la batuta. Se presentó en el teatro Fernando Soler.
10. Lluna
Sin ser toda una revelación, Lluna , dirigida por Aarón Hernández, es una interesante obra de teatro en la que su creador, el reconocido dramaturgo mexicano Jaime Chabaud, se arriesga, y eso se agradece. La obra sopesa las oportunidades perdidas del amor y la situación de las relaciones interpersonales en la veloz y confusa ultramodernidad en donde el amor es efímero, modulable y eufórico, temas que se nos presentan a partir de una especie de triángulo amoroso entre Clotilde (una mujer madura), Ela (una chiquilla veinteañera) y Hugo (el novio drogadicto de Ela). Tras un breve receso navideño la obra continuará representaciones en el Centro Cultural Helénico.
Mención honorífica
9. Gorda
Gorda, del aclamado dramaturgo Neil Labute, es una obra divertidísima con un final silencioso que duele. Fue otra de las apuestas teatrales que en México pasó con más pena que gloria en cuestión de entradas, pero que brilló por la calidad del libreto, la agudeza pintoresca de la adaptación y por la empatía y afabilidad de los actores: Héctor Suárez Gomís y Mireia Gubianas, quienes representaban una pareja de enamorada separados por "una cuestión de peso": ella es muy gorda. Dirigida por Daniel Veronese, la obra provocaba que el espectador saliera con una pregunta: ¿de qué diablos me estoy riendo?, apesar de que el humor es el que lleva la batuta. Se presentó en el teatro Fernando Soler.
10. Lluna
Sin ser toda una revelación, Lluna , dirigida por Aarón Hernández, es una interesante obra de teatro en la que su creador, el reconocido dramaturgo mexicano Jaime Chabaud, se arriesga, y eso se agradece. La obra sopesa las oportunidades perdidas del amor y la situación de las relaciones interpersonales en la veloz y confusa ultramodernidad en donde el amor es efímero, modulable y eufórico, temas que se nos presentan a partir de una especie de triángulo amoroso entre Clotilde (una mujer madura), Ela (una chiquilla veinteañera) y Hugo (el novio drogadicto de Ela). Tras un breve receso navideño la obra continuará representaciones en el Centro Cultural Helénico.
Mención honorífica
1. Ladrones, de la dramaturga alemana Dea Loher, producida por el Deutsches Theater Berlin, bajo la dirección de Andreas Kriegenburg.
1. Hey girl!, de Romeo Castellucci
2. El trueno dorado, de Ramón del Valle Inclán,dirigida por Juan Antonio Hormigón
2. El trueno dorado, de Ramón del Valle Inclán,dirigida por Juan Antonio Hormigón
2 comentarios
Y los 5 primeros quienes fueron?
13 de enero de 2011, 22:27Los que están enlistados
13 de enero de 2011, 22:31Publicar un comentario