1. La sociedad sin relato, de Néstor García Canclini (Katz)
La autonomía del arte y su función social han sido motivo de análisis teorético para los filósofos modernos interesados en desvelar las relaciones entre arte, sociedad y cultura. Con su conocida y superior inteligencia, rigor conceptual, y la provocación más impertérrita, en La sociedad sin relato, el filósofo argentino radicado en México, Néstor García Canclini se ocupa de una cuestión longeva pero que hoy en día se ha vuelto problema: la definición de arte. Después de que en la posmodernidad se pusiera casi de moda el "fin" de las grandes narrativas de la modernidad (los ejes sobre los cuales giró el pensamiento de Occidente), Canclini pone el acento no en el fin de los relatos sino en la inexistencia de uno que sea realmente universal. En ese sentido, apunta el equívoco del supuesto regreso del Esperanto que vendría con la globalización, y en cambio propone la traducción como una estrategia para los artistas, sobre todo para aquellos a los que llama artistas del disenso. Canclini repasa sin concesiones algunos estudios posmodernos que le parece vitorean la era del vacío, el imperio de lo efímero, y el límite deleznado entre arte y medios de difusión, y aporta un concepto de arte a partir de la categoría "inmanencia", entendida ésta como la posibilidad de alcanzar los vectores profundos de lo real de manera anticipada a los hechos. Para nuestra sorpresa, su mirada academicista opta en este ensayo por el poder polisémico de las metáforas y no por la solidez de los conceptos filosóficos. La altura y lucidez ensayística de Canclini es un buen síntoma para la actualidad de los estudios culturales.
2. Ira y tiempo, de Peter Sloterdijk (Siruela)
Considerado por la crítica internacional el filósofo vivo más importante del mundo, el alemán Peter Sloterdijk traza en este ensayo una cronología lúdica para advertir el papel de la ira como un elemento central en el alma de Occidente, justo en un momento en que la cultura occidental se tambalea ante la proliferación de otros discursos. En Ira y tiempo, Sloterdijk hace gala de toda su agudeza cínica y de su prodigioso uso del lenguaje para escribir un ensayo duro y superior, que tiene como valor añadido la mirada oscura e interior del filósofo alemán, quien no tiene reparos a la hora de meter de lleno la cabeza en los abismos inherentes del alma europea. Sloterdijk toma como punto de partida el ejemplo narrativo más conocido de la antigüedad clásica: La Ilíada, atribuida a Homero, relato en el cual ubica la inauguración de la cólera: en ese canto de la musas que narran la ira del pélida Aquiles, y se detiene en otras tres fases de la historia de Occidente: el cristianismo, La Ilustración y Nietzsche o la muerte de Dios, y el comunismo. Así llega a una conclusión que tiene visos de obviedad: desde el cultivo del resentimiento, el hombre de Occidente, en cada época histórica, ha nutrido la cólera y gracias a ella (y a la violencia que concita) ha mantenido su supremacía. Es la ira, pues, un afecto fundamental de la cultura europea: es el reverso de sus grandes valores: la expedición, la conquista, la venganza, y el honor. Una reflexión oportuna en la historia de las mentalidades.
3. €®O$: La superproducción de los afectos, de Eloy Fernández Porta (Anagrama)
El catalán Eloy Fernández Porta se ha convertido en todo un referente para los estudios culturales, antropológicos y estéticos de nueva cepa en el mundo de habla hispana. Con su debut, Afterpop, la literatura de la implosión mediática aportó una categoría para delimitar un estilo: afterpop. Luego publicó Homo sampler, un ensayo en el que profundizó buena parte de sus propuestas teóricas y a partir de un análisis cultural sobre el tiempo y el consumo elevó su categoría estilística a rango de época, además de apropiarse de una aportación teórica del francés Nicolás Bourriaud: la figura del dj como modélico gestor del tiempo en la nueva era. Pero en €®O$, Fernández Porta ha hecho acopio de toda su irreverencia, acidez e ironía para componer un ensayo en donde la abyección resulta el signo característico de nuestra época: altera nuestra manera de sentir y de asumirnos como sujetos. Y es justo en nuestra manera de sentir donde Fernández Porta se detiene: define a los afectos como otra producción masiva del supermercado. Con una genialidad desmesurada camina de la literatura al análisis narrativo de la publicidad, hace uso ora de la teoría dura, de la poesía, de la experimentación, de la imaginación o de la performatividad. Su insolencia erudita le funciona para aligerar el pesado sentido que en el pasado tuvo el binomio Eros-Tanatos, y lanzar una mueca de felicidad para entender un Eros alternativo cuya contracara es la del dinero; así, la circulación de afectos posibilita la circulación financiera en la lógica económica del capitalismo emocional. Una articulación teórica vertiginosa y siniestra.
4. Pornotopía, de Beatriz Preciado (Anagrama)
Epígono de la teoría queer y el transgénero, Beatriz Preciado critica la cultura del hombre blanco y heterosexual a partir de un inteligente estudio sobre el proceso histórico de composición del otrora emporio sexual de la revistaPlayboy, perteneciente al multimillonario octogenario Hugh Hefner. Como el título indica, Pornotopía se detiene en el ejemplo por excelencia de una utopía sexual para hombres blancos yankees clasemedieros y de posguerra: el soltero playboy y el modelo del alcoba de soltero: la verdadera pornotopía. En un ensayo que integra teoría dura, crónica-reportaje, relato personal, Preciado analiza el potencial sexual del formato reclusión: lo que en Playboy es la habitación de soltero; en los referentes históricos el monasterio o la cárcel como espacios que posibilitan la transgresión, y en la ultramodernidad la reclusión mediática del sujeto erotizado ante sus ventanas virtuales. Preciado, además, profundiza en otro concepto suyo: la farmacopornografía: el régimen de producción de capital que tiene como base el consumo de drogas con fines sexuales, conclusión a la que aterriza luego de verificar que la píldora anticonceptiva ha sido el motor de la industria pornográfica y ha permitido que el sexo genere beneficios multimillonarios. Preciado se revela como un pensamiento agudo y mordaz y se rebela desde la intimidad del macho contra la dominante visión heterosexista del mundo.
5. La Castañeda. Narrativas dolientes desde el Manicomio General. México, 1910-1930, de Cristina Rivera Garza (Tusquets)
Once años después de la publicación de su novela Nadie me verá llorar, en la que retrata parte de los avatares que padecían los internos del Manicomio La Castañeda, edificada en las postrimerías del Porfiriato, Cristina Rivera Garza desempolva sus documentos de investigación y retoma el aliento de aquellas imágenes que le sugirieron las fotografías de los internos, para reanimar la potencia de su prosa en un ensayo vigoroso e hiriente pero curiosamente también lenitivo: su literatura (su manera de hilvanar palabras que son también sensaciones) remienda las fisuras del alma que ella misma ha provocado. Sin duda alguna, La Castañeda es el ensayo histórico más importante, simbólico y estrujante que se produjo en 2010 en la lógica de las reflexiones, el debate y el problema sobre el centenario de nuestra revolución. La fundamental voz de la escritora mexicana se convierte en estas páginas en un eco ruidoso y sincero de los atormentados.
6. Visión desde el fondo del mar, de Rafael Argullol (Acantilado)
Rafael Argullol, un escritor que es filósofo o un filósofo que es escritor o las dos cosas al mismo tiempo, nos regala en Visión desde el fondo del mar, un aparato metaliterario en donde la reflexión filosófica se hermana con el relato de viajes, con la anécdota curiosa, con la lectura significativa de todo tipo de detalles, hasta de los más insignificantes de la vida: un libro que es una confesión, un compendio y un ordenamiento (aparentemente caótico) de pensamientos, emociones y postales literarias, en lo que se ha denominado una escritura transversal. Sus más de 1000 páginas escritas originalmente a mano en unos cuatro años y una enseñanza que le dio un humilde pescador cuando Argullol era un niño: ¡si viene el remolino déjate tragar por él!, son el punto de quiebre desde donde todo se ilumina. Un libro erudito y poliédrico, una reflexión vivida, intensa y latente, y un lenguaje delicado y preciso: en suma, un rotundo fenómeno literario.
7. La torre elevada, Lawrence Wright (Debate)
Ganador del Premio Pulitzer y considerado el mejor libro sobre el 9/11, La torre elevada es la narración más pormenorizada de los acontecimientos suscitados antes, durante y después de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El libro es resultado de una sesuda y exhaustiva investigación del periodista y guionista Lawrence Wright, que abarca desde los primeros indicios de amenaza terrorista en los Estados Unidos, los preparativos, la interpretación fundamentalista del Corán que motivó el odio hacia Occidente, los días de Al Qaeda en Madrid, hasta el trágico impacto del primer avión que se incrustaría sobre una de las Torres del complejo WTC, mejor conocido como Torres gemelas, para desaparecer en milésimas de segundo ante la mirada impávida, incrédula e inocente del mundo entero: excepto de una parte: el islam, que festejaba el acontecimiento. En el fondo, el trabajo de Wright desvela cómo las mutaciones del islam condujeron a la masacre y finalmente a la guerra de Irak declarada por el gobierno del ex presidente George Bush. Una mirada profunda y acre al desarrollo del fundamentalismo islámico de nueva cepa, a los entresijos del sistema político de los Estados Unidos y a los signos de imposibilidad pacifista en el mundo entero ante el incremento irrefrenable de los resentimientos, la confusión y las aspiraciones.
8. Capitalismo gore, de Sayak Valencia (Melusina)
Con este ensayo, la mexicana Sayak Valencia hace su debut desde el otro lado del Atlántico: es en Madrid donde se ha publicado el ensayo Capitalismo gore, que ha causado sensación tan solo por su título. A la manera del cine goreo el snuff, la adjetivación del sustantivo gore a un tipo de capitalismo entrevera una crítica que la filósofa, poeta y artista de perfomance, hace a las prácticas de producción de riqueza que se sustentan por medio de la ejecución sistemática de personas, prácticas comunes en las zonas fronterizas pero que en su ensayo ubica con preponderancia en el norte de México. Capitalismo gore habla de un tipo de capitalismo asesino, en donde la muerte es inherente al sistema de producción de capital: la muerte de los otros es el capital variable que posibilita el empoderamiento de aquellos a quienes Valencia denomina sujetos endriagos: narcotraficantes, sicarios, autoridades ladinas, etc. : para ellos (o en este sistema) el asesinato es también entendido como transacción. Experta en teoría de género, Sayak Valencia aporta un análisis filosófico valiente, punzante, tenaz y acezante que es el reverso crítico a la cultura machista y heterosexista de buena parte del mundo occidental, y que en México se personifica en el macho mexicano, trasunto perfecto para el joven sin oportunidades laborales ni económicas o educativas y aspirante a convertirse en un sujeto endriago, pues sus modelos son: el héroe mafioso, el héroe criminal; es decir, los triunfadores efímeros, pero triunfadores al cabo, en las lógicas del capitalismo, los que tienen el dinero y el poder. Un ensayo belicoso y amargo para un país desangrado, desahuciado y en silencio.
9. Kerouac en la carretera (AAVV) (Anagrama)
Antes de encontrarle cabida a su primordial novela En la carretera, Jack Kerouac, miembro fundamental de la generación beat pasó por una serie inacabable de rechazos, de reticencias de los editores, de cambios de último momento, de sentimientos dubitativos en torno a su talento y estilo, y finalmente de aceptaciones blandengues de su parte para lograr la publicación de su libro: llegó al punto de decir sí a todas las correcciones que se le pedían: el fin era que En la carretera viera la luz, lo cual ocurrió en 1957, al cabo de seis años de esfuerzo. El colmo de las paradojas es que a Keruac le bastaron tres semanas de escritura frenética para terminar la primera versión de su novela. Esta historia real narrada y analizada a cuatro voces apareció en español este año bajo el nombre Keruac en la carretera, unos años después de que se publicó el manuscrito original también en español, y se trata de un compendio de breves, conmovedores e inteligentes ensayos escritos por Howard Cunell, Penny Vlagopoulos, George Mouratidis y Joshua Kupetz, que nos revelan al Keruac más veritivo: el que tomaba café como gasolina para conducir a la velocidad de sus dedos golpeando en el teclado, sobre una blanca e infinita carretera llamada papel, pero sobre todo y de forma más importante, llamada también Literatura: la apuesta total. Un libro apasionante sobre la vida de un personaje que de tan sólo leerla a uno le dan ganas de ponerse a escribir.
10. Papeles falsos, de Valeria Luiselli (Sexto Piso)
El debut literario de la joven escritora mexicana Valeria Luiselli es contundente: su voz literaria es el reverso de una mirada perspicaz y altamente sensible. Más allá de las bondades que ofrece este libro: una edición pulcra y llamativa, ensayos breves y un grueso total de páginas más bien angosto, escritura directa y lectura ágil, metáforas cercanas aunque vibrantes; más allá de estos recursos (que más bien son casualidades) florece una escritura prodigiosa que testifica la experiencia: el mecanismo del recuerdo impulsa la reflexión y hace un juego con el tiempo y el espacio en un guiño constante pero no unívoco a la ciudad de México. Papeles falsos es un libro que se goza de principio a fin, que se devora, que se antoja (dudamos ahora de si el rojo de su portada sea una mera coincidencia), y que se corresponde con una mirada exógena y cosmopolita y relacional: en los ensayos aparecen escritores influyentes que pertenecen a tradiciones de diversas latitudes: fundamentalmente Joseph Brodsky pero también T.S. Eliot, Robert Waler, W.G. Sebald o Salvador Novo. En el fondo el poder de la literatura emerge a través de un enfoque práctico: retratar y detallar a cincel la vida y sus herramientas: una bicicleta, una tumba, un relingo: vacíos que se crean a ultranza de la experiencia estética, a costa de los despistados y so pretexto de las tentaciones de erudición que proliferan en el espectro ensayístico de la literatura nacional. Por ello parte de lo más valioso de la escritura de Valeria Luiselli es su autenticidad y su identidad única. En su prosa hilvana su experiencia, su carne, su memoria y sus entrañas: ella es sus textos y ese atrevimiento en una escritora tan joven es algo que nuestra literatura debe valorar.
Menciones honoríficas
1. Curso de literatura europea, Vladimir Nabokov (RBA)
2. Filosofía de andar por casa, Xavier Rubert de Ventós (Sexto Piso)
3. La belleza y el infierno, Roberto Saviano (Debate)
4. De héroes y mitos, Enrique Krauze (Tusquets)
5. La libertad de ser distinto, Óscar de la Borbolla (Mondadori)
6. Kate Moss Machine, Christian Salmon (Península)
7. La increíble hazaña de ser mexicano, Heriberto Yépez (Temas de hoy)
8. La isla de las tribus perdidas, Ignacio Padilla (Mondadori)
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