La belleza del monstruo
Conversando en un café de la colonia Condesa con la joven escritora mexicana Guadalupe Nettel, en torno de la belleza, le pregunto si esta puede existir en los personajes de su último libro: mujeres que se arrancan el cabello hasta casi quedar calvas; detectives que meten la cabeza en excusados de baños parisinos, hombres que se creen plantas o se la pasan haciendo ruido con sus dedos.
"Sí la hay, pero no en un sentido convencional, sino la belleza de lo monstruoso, lo ajeno y lo freak", contesta.
Pero ¿cómo puede ser bello el monstruo, el freak, el desconocido? Eso es lo que la autora intenta desentrañar en su último libro, Pétalos (Tusquets), ganador del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2007 y del Antonin Artaud 2008, al brindar al lector una mirada cercana a lo oscuro del ser humano.
Aunque "es cierto que hay un momento de incomodidad cuando nos damos cuenta que también somos freaks" y pensamos en nuestras propias oscuridades.
Todos tenemos una "cara oculta pero esa cara en realidad no es deleznable ni vale la pena tenerle miedo u ocultarla pues es parte de nuestra personalidad", dice Nettel.
"Sí la hay, pero no en un sentido convencional, sino la belleza de lo monstruoso, lo ajeno y lo freak", contesta.
Pero ¿cómo puede ser bello el monstruo, el freak, el desconocido? Eso es lo que la autora intenta desentrañar en su último libro, Pétalos (Tusquets), ganador del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2007 y del Antonin Artaud 2008, al brindar al lector una mirada cercana a lo oscuro del ser humano.
Lo monstruoso no es lo feo, sino "algo único, irrepetible, y por eso aPorque el monstruo es natural, es como es y punto, no se está juzgando si es feo o es bonito. Entonces en ese no juzgarse y en ser natural es donde radica su belleza". Por eso la escritora hace uso de personajes que se pueden considerar freaks, aunque para ella "no son más freaks que cualquiera de nosotros".
mí me parece hermoso.
Aunque "es cierto que hay un momento de incomodidad cuando nos damos cuenta que también somos freaks" y pensamos en nuestras propias oscuridades.
Todos tenemos una "cara oculta pero esa cara en realidad no es deleznable ni vale la pena tenerle miedo u ocultarla pues es parte de nuestra personalidad", dice Nettel.
Su forma de escribir y aproximarse a las cosas, en este caso a la belleza, exige el valor de explorar en lo interno y profundo de sí, "es como buscar dentro de mí en el abismo insondable, mío, personal y después comunicarlo", y finalmente así, aceptarse en su complejidad, impermanencia y entereza.
"En su integridad. Así, cuando nos reconocemos enteramente cobramos una especie de resplandor", que no tenemos cuando preferimos ocultarnos y preferimos adoptar un modelo.
"No es esa belleza convencional como la que se enseñan los anuncios de la tele o las revistas de moda, sino una belleza que tiene que ver más con el carisma, cuando el ser humano se asume íntegramente con todos los aspectos de su personalidad".
No hay identidad permanente
Como en "Bonsái" –explica Nettel sobre uno de los cuentos de Pétalos-, el personaje cree que encuentra su propia naturaleza y dice que no quiere ser un bonsái sino un árbol espacioso y termina identificándose con un cactus.
"Uno puede condicionarse -explica- por lo que cree ser y también eso uno trata de ocultarlo todo el tiempo", lo cual también puede conducirlo a aferrarse a una personalidad que en realidad no posee.
"El personaje de 'Bonsai' descubre quién es y entonces deja de fingir no ser cactus, pero yendo más allá tampoco es cactus."
Y eso es curioso -le comento- porque una forma de decir quiénes somos es a través de metáforas como huellas, indicios, pétalos. Pues no tenemos una identidad sólida ni permanente.
Sin embargo nos obstinamos en "que nadie más sepa que yo soy así y así y así. Que nadie más sepa que yo no soy tan sociable, que no me gusta bailar, que no me gusta sonreírle a la gente. Por eso, yo quería que el título fuera un contraste, Pétalos, pues es una palabra muy fresca, casi ingenua, natural", pero a la vez representa otra cosa.
"Mis personajes están en un momento de transición en el que se van dando cuenta de que en realidad no vale la pena estar ocultando tanto aquello que los avergüenza".
"Pienso en el cuento ‘Boezar’, cuyo protagonista es una modelo que se arranca el cabello y durante toda su vida ha simulado ser otra persona, ocultando parte de su personalidad y de repente conoce a alguien que se le parece y que se enamora de ella por este aspecto que siempre había querido ocultar."
Guadalupe Nettel, a través de Pétalos y otras historias incómodas, un magnífico libro de cuentos, nos comparte el resultado de su indagación sobre la belleza, en tiempos en los que resultado de la aceleración del tiempo, el ansia de novedad y la atenuación de las emociones en incremento de la euforia, el diseño, la moda, la seducción y los estereotipos de belleza se han elevado a categoría de valor para el mercado y la sociedad de consumo.
Guadalupe Nettel, a través de Pétalos y otras historias incómodas, un magnífico libro de cuentos, nos comparte el resultado de su indagación sobre la belleza, en tiempos en los que resultado de la aceleración del tiempo, el ansia de novedad y la atenuación de las emociones en incremento de la euforia, el diseño, la moda, la seducción y los estereotipos de belleza se han elevado a categoría de valor para el mercado y la sociedad de consumo.