Murió Václav Havel

martes, 20 de diciembre de 2011

Václav Havel, un hombre que representa una dialéctica por demás interesante: dramaturgo, líder estudiantil en 1968, fanático de los Rolling Stones, Presidente de Checoslovaquia y, después, primer presidente de la República Checa, falleció el pasado domingo en Praga a los 75 años de edad mientras dormía. Como dicen los clásicos: durante el sueño de los justos.

Para sus compatriotas y amigos fue un hombre de una autoridad moral a prueba de balas, un singular personaje que pasará a la historia como uno de los protagonistas de la segunda mitad del siglo XX. Estudiante de Economía, no pudo abandonar la que era su vocación: el teatro, y estudió Arte Dramático por correspondencia.

Desde joven conoció las mieles del éxito, cuando su segunda obra de teatro, El memorando, lo convirtió en una revelación y, a los pocos años, cuando corría 1968 y se representaba en Nueva York, su nombre adquirió una repercusión mundial . Así, mientras su obra teatral gozaba de recocimiento en el extranjero, comenzó a sufrir la peor condena a la que se somete a un individuo (sobre todo si es un hombre de ideas): la censura y el silencio eal interior de la Checoslovaquia comunista de Tito. De esta manera, en paralelo a su labor intelectual, aumentó su compromiso político. Un escritor disidente que pasó largas temporadas en prisión. Cultivó no solo la dramaturgia sino también el ensayo. En él, la prosa dio paso a la reflexión y esta a la acción política desde el poder. Un caso verdaderamente anormal.

No por nada, otro escritor disidente que prefirió el exilio y no la trinchera, Milan Kundera, hace algunos años afirmó de Havel lo siguiente: "Su vida se parece realmente a una obra de arte".

Elegido presidente de Checoslovaquia un 29 de diciembre de 1989, apenas dos meses después de la caída del Muro de Berlín, dirigió a su país durante largos trece años en los que también se dio la oportunidad de cultivar amistades no solo diplomáticas o con jefes de estado. Entre su lista de amigos figuran el dramaturgo Tom Stoppard o los rockeros Lou Reed, Frank Zappa o los Rolling Stones. Todos compañeros de una época que en los anales de la historia ya se escribe como una de las más bellas de la humanidad: cuando el ímpetu, la revolución, la imaginación y la esperanza marcaban en la realidad los caminos de los hombres.

A propósito de su muerte, el periodista español Miguel Ángel Villena recordaba el domingo pasado en el diario El País, una entrevista que le hizo hace un par de años. El reportero consignó tres asuntos vectores en la vida del hombre: su balance del pasado (¿se arrepiente de elegir ser Presidente?), el papel del intelectual y la valoración de los jóvenes. El escritor contestó:

"Tuve que renunciar a muchas cosas al dar el paso a la política... pero también significó un regalo del destino".
"Creo que un intelectual tiene más responsabilidad frente a la sociedad que otras personas. Desde luego, la voz de un intelectual es importante y los políticos deberían escuchar más a los intelectuales, porque una reflexión radical resulta muy necesaria para aspirar a un mundo mejor".

"Deseo que los jóvenes sean los destinatarios principales de mi libro (Memorias) porque me parece muy importante conservar la memoria histórica. Sin la memoria no existe la continuidad histórica ni se mantiene la identidad", respondía el escritor.

Para refrescarnos un poquito la memoria, este año, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Coordinación de Difusión Cultural y la Dirección de Teatro, en manos de Enrique Singer, coordinó el primer semestre de 2011 una serie de charlas sobre Havel, en un contexto artístico inmejorable: el montaje de dos obras que obligan a repensar el pasado, los errores y la barbarie de los sistemas políticos: Rock & Roll, de Tom Stoppard y La inauguración, de Havel. En su obra de teatro, Stoppard rinde un homenaje a Vaclav Havel con el personaje Ferdinand, un escritor disidente.

Dijo Stoppard en una entrevista publicada hace un año en el mismo diario citado arriba: "Siempre me he sentido muy cercano a Václav Havel. Tenemos casi la misma edad, ambos escribimos teatro, ambos hemos estado en organizaciones de denuncia por la falta de derechos. Pero él tuvo algo que yo creo que no tengo, la valentía". Un hombre culto convertido en Presidente a quien hoy en día se le atribuyen los adjetivos: integrador, europeísta (en el sentido de colectividad) que abrió a la República Checa al mundo democrático. Qué falta nos haría en México un político así.
OnePlusYou Quizzes and Widgets
Created by OnePlusYou