Entrevista Lolita Bosch

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Nuestra aparente rendición

El Señor K tiene una hija enferma pero no puede pagar su tratamiento. Va al ayuntamiento a pedir trabajo, y les dice a las autoridades que por favor le den trabajo porque si no, no le va a quedar más remedio que ir con el narco. "Vete con el narco", le responden los oficiales. Entonces ofrece sus servicios como halcón (mirón) porque no quiere matar. Lo reciben. Seis meses después, le dicen: "métete dos gramos de coca, ve a la tienda de la esquina y tráete las cabezas de los seis que estan ahí metidos o, si no, matamos a tu niña". Le dieron un machete y llorando se metió las líneas, se envalentonó y entró a la tiendita a machetear a las personas. Nunca antes había matado.

Este y otros testimonios son historias de todos los días en nuestro país y un grupo de escritores, periodistas y activistas se han dado a la tarea de consignarlos como una manera de no rendirse. La promotora de este trabajo es la escritora catalana (mexicana por convicción) Lolita Bosch quien ha publicado recientemente el libro Nuestra aparente rendición que toma su nombre del sitio en Internet donde los escritores han aportado voluntariamente su trabajo.

"De estas historias está lleno el país, de levantamientos forzosos, gente secuestrada que tiene que trabajar para el narco. Esto no es cosa de Estados Unidos. Nosotros no podemos tener la mentalidad de Bush y pensar que ésta es una guerra entre buenos y malos. No es una guerra entre buenos y malos, es una guerra entre mexicanos", dice la escritora.

Estas historias pueden mirarse como una cartografía del infierno, en estas condiciones: ¿cómo podemos imaginar todavía la posibilidad de un futuro?

"Yo creo que tendremos que vivir mucha tristeza desgraciadamente. Nosotros, por ejemplo, hemos ido mucho a hablar fuera de este proyecto, con las madres de la Plaza de Mayo en Argentina, en Uruguay, en Chile, incluso en Alemania, en Francia. Ahorita me impresionó una chavita de 18 años que vive en Nueva York me dijo: 'tengo mucho miedo porque las nuevas generaciones no van a recordar el México que nosotros recordamos, nosotros sí recordamos el México que sacabas el carro en la madrugada y te ibas a divertir. Pero hay una nueva generación que ya no va a recordar eso. Ya no tienen como un sitio imaginario al que regresar'. Y eso me parece terrorífico".

"El futuro yo creo que pasa por trabajar, por escuchar y por perdonar. Os ea tenemos que escuchar a los asesinos. Este país está jodido y yo creo que tenemos que dejar de hacernos weyes. Entiendo el miedo, entiendo la apatía, yo entiendo todas las reacciones pero necesitamos ser decentes. Vivimos por ahora muy protegidos en el DF, dentro de lo que cabe, porque por ejemplo hay muchos levantamientos de niños, sabemos que hay que salir de la UNAM de noche en grupo, que hay que dejar a las chavas en el camión, sabemos estas cosas pero tenemos que organizarnos y escuchar a nuestra gente", opina Lolita.

"No hemos sabido ni podido evitar cosas como las de Boca del Río, Veracruz, o los 26 muertos que sembraron en Guadalajara, los 16 de Sinaloa, las fosas de Tamaulipas y Durango. No hemos podido evitar eso. Pero no quiere decir que no podamos hacer nada. Hay que arreglar este país, que es nuestro, no es de Peña Nieto, no es de Carlos Salinas, aunque a nosotros que somos hijos del PRI nos cuesta mucho entenderlo, porque nos han educado como papá PRI y alguien vendrá a decirnos que tenemos que hacer y a protegernos. El futuro pasa por trabajar mucho, donar horas a México y a los 50 millones de mexicanos que no tienen acceso a lo más básico que es salud, alimentación y educación. Nos debemos a esa gente que es la que se está muriendo".

Hasta aquí la entrevista impresa en El Economista, lo que sigue fue parte de la conversación extendida con Lolita Bosch.

O sea, han empezado a matar a los pobres y cuando matan a alguien que es de la elite cultural o económica reacciona más gente pero eso también es muy ojete porque en realidad están muriendo los pobres y los hemos tratado mal durante muchos años y la gente le paga una miseria a sus muchachas, hemos sido muy injustos con una gran parte de la población, por un lado, por otro lado estamos siendo muy injustos con los norteños osea la gente en el DF decimos: no pero eso pasa en Monterrey, si pero tú eres Monterrey y Monterrey es México y todo lo que México nos ha dado, todas oportunidades que nos ha dado, la oportunidad de estudiar en la UNAM por dos pesos, la SEP, todo esto, eso hay que devolverlo, y a parte tenemos obligación moral de devolverlo, es una obligación social que tenemos.

Hay otra generación que es como la de nuestros abuelos (sus bisabuelos), ya como que sienten que no pueden participar en ese proceso de paz; en esa charla había una chava que me dijo: es que mis papás están en Aldama, Chihuahua, ¿cómo mejorar su situación? Entonces yo le decía: es que tenemos que asumir que hay una parte que hemos perdido, hay vidas de gente que no vamos a poder solucionar, hay situaciones catastróficas que no vamos a poder arreglar, y vamos a tener que convivir con gente que tiene miedo o que ha sido violentada durante muchos años, osea todo no lo vamos a poder arreglar. Y hay que pensar con la cabeza fría, que es muy difícil, nosotros somos 18 y nos llegan testimonios diarios de barbaries que la gente no se atreve a publicar en la prensa y nos cuentan unas barbaries horribles contra bebes, mujeres embarazadas, de verdad es absolutamente inabarcable. Entonces hay una parte que vamos a tener que asumir que es así, que

Porque los chavos que plantaron aquí, dos trabajaban en un Oxxo, dime tú si la mamá tiene alguna posibilidad de que la prensa la escuche, no tiene ninguna. Entonces se resigna y dice: somos los pobres de México, así nos han tratado toda la vida, así nos van a seguir tratando. Yo creo que estos están más desesperados con su raíz que a lo mejor los niños de Juárez. Precisamente en Juárez hay mucha organización civil, hay mucha gente jugándose la vida por ayudar a los demás y hay mucha gente que ha muerto por ayudar a los demás. Morirá mucha gente que ahora podemos trabajar con él.

Y si hay algo que nos une, por suerte, es que somos super nacionalistas, yo creo que es un momento de ser más nacionalistas que nunca, y eso lo pienso que todos somos guadalupanos, todos somos hermanos y cosas en común y hay que recurrir a eso, y hay que escuchar a la gente que está matando, hay que buscarles programas de salud y hay que buscarles juicios justos, porque la constitución lo dice todo mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, entonces un wey que se ha muerto sin juicio es inocente porque hay que saber porque lo hizo. Entonces hay que escuchar a esta gente y habrá que perdonarlos.

Ya hicimos otro libro que se llama El mapa latinoamericano que estamos buscando editor, que está colgado en el portal. Invitamos a 52 escritores de toda América Latina a que nos contaran de que modo los periodos de violencia extrema, que todos han vivido, excepto Costa Rica pero los llegó la mala salvadoreña, han influidos en su intimidad, su entorno y su sociedad. Entonces está desde Evelio Rosero hasta Rodrigo Belrosa, hay un chingo de gente, pero además lo interesante es que muchas de estas personas han sido victimas como Ginet Bedolla que es un escritora colombiana que fue secuestrada por las FARC, Jessica que estuvo en las FARC y ahora, pagó condena, es embajadora de paz en España, entonces es como un mapa de lo que nos viene porque ellos ya han pasado ese periodo, bueno algunos siguen pero ya tiene más tiempo, entonces qué hay después de esta violencia porque aunque nos cueste creerlo se va a acabar, sí, yo estoy segura de que sí, pero pasarán muchos años, se va a acabar si todos nos ponemos a trabajar, porque si esperamos a que las autoridades o los gringos a que lo arregle esto no va a arreglar. Osea, o nos ponemos todos a chambear o esto no hay quien lo pare. Entonces ese libro ya lo hicimos y ahorita estamos haciendo otro, todos los libros son… abrimos un proyecto de becas en Ciudad Juárez, llamamos a Maricela Ortiz cuando se tuvo que ir al exilio y le dijimos que qué necesitaba y de hecho el libro que hemos sacado el dinero es para as becas, se llaman Becas por la paz y becamos para dos cosas, una para lo que los niños tengan lo que hubieran tenido si no hubieran asesinado a sus mamas, que es lo mínimo, dinero para transporte, lounch y útiles, para que puedan seguir yendo a la escuela, y luego unos talleres que es en Ciudad Juárez del proyecto Una esperanza que lo que hacen es trabajar con los niños para educarlos por la orfandad y la perdida, hay 10 mil huérfanos sólo en Ciudad Juárez, ya nos escribieron de Tamaulipas, de Torreón que también necesitan ayuda, entonces nuestra intención es como abrir una colección para las becas, entonces el nuevo libro, estamos empezando a pedir autores de la republica, escritores de literatura para que nos digan la palabra violencia en su estado o municipio de nacimiento o de residencia, entonces queremos hacer un mapa de la republica a partir de eso, que sería la intervención literaria.

Yo espero, porque tenemos mucho trabajo pero tenemos muchas personas voluntarias que nos están ayudando a editar, pero ya tenemos bastantes sitios de la republica, incluso de la frontera y los Ángeles, donde haya mexicanos porque ahí también llegan muchos sicarios a esconderse, y quisiéramos hacer toda la republica por lo menos algo en cada estado, hay gente de todas partes, incluso hay gente que no escribe de Baja California Sur y dice aquí no llegó, bueno pues escriban de cómo se están preparando para cuando llegue porque va a llegar.

Yo veo un futuro de mucha tristeza, cada vez le cae el veinte a más gente de lo que estamos viviendo, hay mucha gente que se siente protegida pero no lo está, nos pueden matar a cualquiera, en cualquier momento, osea es así, llevamos en el portal un conteo de victimas, gracias a la ayuda de voluntarios, durante una semana cuentan todos los muertos, les pone sus nombres o alguna seña identificatoria, porque hay mucha gente que sale de su casa y deja los papeles para que no extorsionen a sus familiares y hacen una marca. Nosotros hemos contado desde el 12 de septiembre de 2010 hasta hoy 18 703 muertos, la mayoría con nombres y apellidos, y el cecit salió a decir que habían muerto 701, ahí hay algo terrible de desinformación que está pasando.
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