lunes, 24 de octubre de 2011







América Latina, y las cultutas ibéricas hoy han dejado pasar la oportunidad dee, 2011, de la conmeoracion de la independencia y revolucion y no reflexionaron sobre algo muy elemental: no hubo revolución española y no hubo tampoco independiencia en hispanoamérica, en dos sentidos, ni como reforma intelectual, de la inteligencia, el pensamiento secular, científico, liberal, el concepto de la democracia, y tampoco en el sentido de configurar una realidad nacional soberana de los países latinoamericanos, las cartas de Bolívar lo comprueban al hablar de que se necesitaba la ayuda de los ingleses.



Esod dos momentos señalan dos límites de la llamada modernidad hispánica: jamás hubo una reforma filosófica en el sentido en que la entendió Hume, la encicloedia, Kant o Bacon, no ha existido en la filosofía española ni latinoamérica. Los testimonios intelectuales más radicales y más olvidados de este momento Simón Rodríghue y José María Blanco Waite, en España, son testimonios que claramente formularon el fracaso de la revolución española, el fracaso de la independiecia, y la incapacidad intelectual de asumir la reforma radical en el sentido en que la asumieron francia, inglaterra alemania y los estados unidos



Hablar de modernidad latinoamericana es una imbecilidad, hablar de una modernidades es una estrategia barroca de ocultamiento, de lo que se trata de hablar es de que no existen los fundamentos epistemológicos, ni éticos, ni políticos ni sociales de una sociedad verdaderamnete moderna, hay una mezcla, un hibridismo, una mezcla de barroco neocolonial, de teología medieval, mesianismo patético lascasiano mezclado con marxismo de gente intelectualmente irresponsable y un menjurgue de posmodernismo de algunos otros.



Si no se formula o se plantea una radical reforma del pensamiento, eso significa que la educacióny y las instituciones superiores de la educación y de la orientación a la filosofía, no se puede hacer nada. No se puede decir en rigor quién soy yo. Los países latinoamericanos están en esta difícil encrucijada y los intelectuales de esta área no dicen ni pío. Un mutismo absoluto.



Lo que la academia corporativa a predicado a través de sus misioneros como posmodernidad es una regresión, una neutralización de lo que constituye el espíritu crítico del esclarecimiento y el movimiento enciclopedista del siglo XVIII. En nombre de una crítica de los límites históricos de este esclarecimiento, cuya máxima concreción fue la Independencia de Norteamérica y la Delcaración de los Derechos Humanos, se ha criticado el proyecto mismo de emancipación, secularización, de una ciencia relfexica y de un proyecto social democrático en el mundo contemporáneo, hoy asistimos a esa debacle que el posmodernismo norteamericano anunció hace algunas décadas como la gran panacea, a su profunda verdad: la sociedad descompuesta, millones de pobres en todo el mundo, una crisis económica generada por la grandes corporaciones, un espacio militar sin fronteras y una perspectiva ecológica que pone claramente de manifiesto la amenaza capital de la humanidad. Frente a esta situación lo que necesitamos no son slogans sino una reformulación de la reflexión, en las humanidades, en las ciencias, en las técnicas y en la política.



La inteligencia latinoamericana critica al norte pero no formula donde está, qué es lo que quiere, de dónde viene y a dponde va, y en ese sentido puede vender cascabeles, posmodernismo, fast-foods y cualquier otra porquería. Vienen aquí los misiones y dicen ah, la nueva ola es la transsubjetividad, o los estudios culturales. Estamos en una situación no solo de vacío político sino también un vacío intelectual. que tiene que ser superado y solo lo será a través de una labor de esclarecimiento, de reflexión, de análisis para formular propuestas de futuro.



Los únicos seres que son capaces de pensar son las personas, los individuos. Es un problema de los cerebros. Las máquinas puede apoyar o impedir que se piense. Pero el problema es generar lenguajes, categorías, ideas, horizontes... pensar, pensar, pensar.



Cuando Prometeo robó el fuego a la corporación de los dioses del Olimpo lo hizo para emancipar al humano, es decir, para que pudiera concinar y desarrollar a partir del fuego, en el doble sentido de luz y de energía, pudiera desarrollar las tecnologías necesarias para aliviar su confrontación la naturaleza.



Prometeo que es el símbolo por antinomasia del esclarecimiento es también el símbolo por antonomasia de la emancipación humano, las condiciones de mejoramiento de las condiciones de desarrolo de la vida humana. Es el único de los dioses que defienden la causa de la tierra, que es su madre, y de sus hermanos, que son los humanos.



Es como robarle las fuentes de energía a los dioses de las corporaciones que mandan hoy en día.



Todos los saberes son ante todo saberes humanos, lo que existe es una apropiación corporativa, una privatización de los mismos para usarlos en objetivos genocidas o de enriquecimiento de una minoría social, y su ultima legitima función es la emancipación humana. La bomba atómica no es una tecnología prometeica, es una perversión.



Estamos en el laberinto y claro es peligroso porque podemos caer en las garras del minotuaro, hay que ir con cuidado pero hay caminos, y los que están diciendo que no hay caminos, son las corporaciones, que los únicos caminos son: la guerra, aumentar los presupuestos para los proyectos militares, y para los bancos. Quién está desde hace mucho tiempo diciendo que la historia ha acabado y que estamos en la era de los post son precisamente las corporaciones quienes constantemen afirman la necesidad del apocalipsis y la santa madre Iglesia. Existen en realidad todos los caminos. Debemos volver a reenergizar la confianza en la creatividad humana.












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