Dos libros para Luis Cernuda

miércoles, 29 de junio de 2011

Luis Cernuda, desde la historia y la emoción
Circulan en México biografía del poeta y una novela en la que es personaje

Desconozco la obra de Cernuda, mea culpa. Pero para quienes no son ignorantes en esta materia, me parece que este par de textos les pueden ser de interés:

El gran poeta sevillano Luis Cernuda, llegó a París en febrero de 1938, dejando atrás un país que se desangraba en una cruenta y despiadada guerra civil, España. Meses después, en mayo del mismo año, es invitado a Inglaterra para impartir una serie de conferencias, coincidiendo con la llegada de 1800 niños españoles hijos de republicanos, la mayoría de ellos huérfanos, que son recibidos como refugiados políticos en aquel país.
¡Quién lo viera! Cernuda en bañador.

Desde un punto de vista histórico, aquel momento marca un antes y un después en la vida del poeta: la vida en el exilio, la vida lejos, fuera y la vida en constante reniego del terruño natal, época de su vida que desembocaría con su muerte en México en el año de 1963.

Pero también, desde un punto de vista emotivo, marca un antes y un después: el momento de la tristeza, de la amargura, de la decepción total, luego de saber que también los niños mueren en su natal España.

Estas dos visiones las retoman de un modo vital y muy distinto dos escritores (uno filólogo, el otro novelista) en dos libros interesantes y fundamentales para aproximarse a la trascendencia de este hombre que fue un poeta hasta la médula.

Antonio Rivero Taravillo con la segunda parte de la biografía de Luis Cernuda. Años de exilio (1938-1963), cuya primera entrega ganará la XX edición del Premio Comillas de ensayo, y Eloy Urroz con la novela La familia interrumpida, una novela muy personal, que ha recabado los elogios de la literatura más oficial: Jorge Volpi y Carlos Fuentes.

"Era un radical rebelde": Rivero Taravillo

El poeta y el mundo son dos ramas que provienen de la misma raíz: el mundo es poiesis, creación constante, y el poeta es creatividad incontinente. Pero en el caso de Luis Cernuda, en esta relación poeta-mundo, según el filólogo y traductor Antonio Rivero Taravillo, "vemos como dos piedras que chocan, aunque de muy diferente tamaño: yo y el mundo o el mundo y yo, de ese choque se producen chispas y de ahí muchos poemas. Cernuda es un caso extremo en este sentido", dice.

Rivero Taravillo comenzó a apasionarse por la obra de Cernuda desde hace ya 25 años, 7 de los cuales los destinó a la redacción de la primera biografía que se ha escrito del vate.

"Cernuda tenía un carácter difícil. En el fondo de él, había una pulsión a romper con todo y con todos. Cernuda fue un radical rebelde, alguien que no tenía encaje en el mundo. Su exilio fue perpetuo", dice el escritor.

Pero en México encontró: "una forma de entender el mundo más sensual, al margen del afán mercantilista de países por los que él pasó como Inglaterra, Escocia y Estados Unidos, donde lo importante es el éxito en lo económico, la producción. Y esto es absolutamente ajeno a quien era Cernuda".

"Era un escritor con formas bien distintas, y lo que se mantiene como constante fue esta rebeldía más un tono moral de meditación como no hubo en España antes de él. Después, sí. Porque entre los poetas españoles su influencia ha sido bastante importante, sobre todo tras la vuelta a la democracia. Y ha inspirado a varios poetas de generaciones sucesivas, lo cual no es frecuente porque una generación de poetas suele repudiar a quien fue maestro de la anterior", comenta Taravillo.

El cambio de tono: la mirada triste

Persona dura, difícil. Poeta radicalmente humano, albergó desde niño la idea de que no era bien acogido en su familia y luego se sintió diferente. Se dice de él que era un hombre huraño. Pero, por más que se diga lo que se quiera, al escritor mexicano avecindado en Estados Unidos, Eloy Urroz, quien toma a Cernuda como uno de sus personajes en la novela La familia interrumpida, le interesa más seguir el registro de los poemas de Luis Cernuda para indagar con más preguntas.

Para Urroz, Cernuda más que enojón era un hombre triste. Ha leído desde hace bastante tiempo al poeta sevillano y entre sus afectos destaca un libro que es su favorito: Las nubes.

"Dentro de este libro hay un poema que me causaba misterio, es un poema sobre la muerte, se llama 'Elegía a un niño vasco muerto en el destierro', y fue a partir de ese título y de esa prosa que yo quise saber qué había detrás. Esto me dio pie para investigar más sobre Cernuda y finalmente llegué a la idea de que quería escribir una novela a partir de esa idea", indica el narrador.

"En el contexto de la Guerra Civil española, 1800 niños vascos que son asilados en Inglaterra, muchos de esos niños son huérfanos. Se da la coincidencia que en febrero de 1938 Cernuda escapa a Inglaterra en 1938, frustrado, decepcionado de España, sin trabajo, y cae de casualidad en un trabajo ayudando a estos niños", afirma.

¿Qué cosa más triste que la muerte de un niño? se pregunta el escritor mexicano. Añade que ésa es la tristeza que se puede encontrar en La familia interrumpida. Aclaró además que esta no es una novela histórica sobre Cernuda, pero asegura que si algún lector no conoce al vate ni todo su legado, leer esta novela es "una forma de llegar a él".

Retomando el tema del carácter fuerte de Cernuda, Urroz añade: "lo que pasa en mayo de 1938 es importante porque es lo que da al traste con su personalidad: si ya estaba amargado se amarga para siempre; si era un escéptico del ser humano y tenía la peor opinión sobre lo que el ser humano es, concluyó en que: somos escoria, el hombre es un hijo de puta. Punto final. Somos una mierda, basura, sin importar nuestra filiación política. Y eso se traduce también en su poesía, porque lo que vino después de Las nubes es amargura, pesimismo en gran escala, antiespañolismo, anticatolicismo, anti-establishment. Por eso Cernuda es el gran poeta no convencional", puntualiza el narrador mexicano.
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