Tsunami Murakami

miércoles, 9 de febrero de 2011

Tsunami Murakami
1Q84, a partir de hoy en librerías mexicanas

"Es mi obra más ambiciosa, de mayor volumen y espero sea la más importante de mi vida", ha dicho el propio Haruki Murakami sobre su más reciente novela, de título enigmático y apocalíptico: 1Q84, uno de los lanzamientos editoriales más esperados este 2011 en México y habla hispana, que a partir de hoy se encuentra en librerías por un costo muy asequible: $289.

La publicación de 1Q84 ha sido enmarcada en una muy sofisticada y ambiciosa estrategia empresarial. Tusquets ha descargado todo su aparato corporativo para hacer de este un lanzamiento sonadísimo en habla hispana. El reto es alto: igualar o superar los dos millones y medio de ejemplares que vendió esta novela en su primera semana en los stands de Japón, el país natal de Murakami. Como arranque de ventas, la editorial invita a un coctel en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo este jueves 10 de febrero en punto de las 18:30 hrs, en donde se tendrán promociones especiales.

Murakami es uno de los escritores vivo más fundamentales de la actualidad, no sólo en Oriente sino en el mundo entero. Su copiosa obra ha sido traducida a decenas de idiomas. A pesar de ser una celebridad se ha mantenido al margen de las cámaras y de los grupos elitarios, algo muy poco común entre los "célebres" escritores. No suele dar entrevistas ni opinar de cosas que lo orillen a una situación polémica.

En su origen es un bar tender que servía tragos en clubes de jazz y que acudía regularmente a partidos de Beisbol. Cuando tenía 30 años, en uno de estos juegos, con cerveza en mano, mientras observaba al bateador pegarle a la pelota en una jugada clave y luego correr hasta la seguridad de la segunda base, le pasó por la cabeza la idea de que podía ser escritor, y para escribir se basó en lo que conocía, lo que tenía a la mano, el jazz, la música, siempre muy presentes en sus novelas, en este sentido destacan los casos particulares de Tokio Blues o After Dark.

Fiel seguidor de Manuel Puig, escritor argentino que fabuló con la cultura de masas y la novela rosa a mediados de los 60, Murakami ve mucha TV pero no le gusta salir en ella. Es fanático de la serie Lost al grado en que compró la casa hawaiana en la que se filmó la primera temporada, y en su momento lo fue de la serie de culto Twin Peaks, de David Lynch. No es extraño que en algunos pasajes de sus libros la atmósfera parezca trasplantada de una película del cineasta estadounidense.

Con estos materiales, Murakami ha sido capaz de desarrollar un estilo muy personal, que va a la esencia de las cosas, que mira con detalle y sin prejuicios ni enredos innecesarios, hasta dar con las metáforas más atinadas, siendo al mismo tiempo figurativo y profundo. Sus novelas son como turnos al bate: múltiples, veloces e inesperadas; en cualquier momento puede ocurrir un home run.

1Q84 atrae desde el título, pues hace una clara alusión a una novela clásica en la cultura de Occidente que ha inspirado varias obras cinematográficas e incluso los realitys a inicios de siglo (Big Brother), la novela de George Orwell, 1984. Según se explica en la contraportada del libro de casi 800 páginas (contiene los libros 1 y 2 de la novela, divida en tres partes; la tercera se publicará en 2012): el 9 y la letra q en japonés se pronuncian de forma idéntica, por lo tanto el título es un juego de palabras, bueno, de letras. La historia se sitúa en el Japón de 1984. Murakami ha dicho: "Orwell escribió 1984 mirando al futuro, y yo, con mi novela, quiero hacer lo contrario, mirar al pasado pero sin dejar de ver al futuro".

En esta novela, el autor japonés vuelve a los temas y obsesiones más puntuales y recurrentes de su narrativa: las existencias adyacentes, la soledad, el sueño y la fantasmagoría y espectralidad del sujeto desdoblado, síntoma inequívoco de la ultramodernidad, época en la que la realidad misma se ha convertido en un problema.

El principio de la novela no podía ser más seductor: una muchacha bella y de cuerpo atlético, instructora en un gimnasio, vestida con minifalda, tacones, abrigo y lentes oscuros, se dirige a una cita importante a bordo de un taxi, el cual sintoniza en la radio un concierto de música clásica, cuyo autor ella reconoce solo por la partitura. Es bella pero tiene una deformidad que oculta con su cabello: su oreja izquierda es considerablemente más diminuta que la derecha.

Es letrada y responde al nombre Aomame, conoce de historia y puede segmentarla en épocas de la misma manera en que la mente puede ordenar los sueños. Sobre la autopista en la que circulan el tránsito es pesado y el taxista la alerta: por este camino llegará tarde, así que le sugiere bajarse en plena autopista, cruzar el tapiz de automóviles que, ante su paso, abrirán una punzante vereda de miradas envidiosas e incrédulas, y bajar por una escalera de emergencia que la conducirá a una estación de tren. Ella es una asesina sui generis.

El otro personaje es Tengo, profesor de matemáticas y escritor que tiene como tarea escribir un libro que le dicta una adolescente de 17 años, quien no es una buena escritora pero lo que ella cuenta sí que tiene "algo". El objetivo es que ella gane un concurso literario.

Tengo y Aomame son personajes solitarios, cuyas vidas cruzarán en algún momento. La estrategia estructural de Murakami les concede un tratamiento alternante: un capítulo trata sobre ella y otro sobre él, herramienta que utilizó de manera formidable en su ambicioso libro El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, en la que utilizaba este recurso para alternar la narración de realidades paralelas.

Que Murakami, gran escritor y hombre sencillo, se atreva a decir que este libro es su proyecto más ambicioso es sin duda un aliciente para adquirir una novela que será un fenómeno de ventas y que, sobre todo, esperamos sea un tsunami literario; es decir, un remolino vital que nos revuelva por dentro, que nos remueva el alma porque tiene ese "algo" que solo los genios logran a la hora de escribir.
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