Plastic Beach, Gorillaz

miércoles, 31 de marzo de 2010

Ad hoc para estas vacaciones


Si usted amigo lector quiere pasar una rica tarde de sol y arena, mientras fija la vista en la cadencia corpórea de mujeres y hombres semidesnudos en la playa, aunque sea un Acapulco en la azotea y usted vea a su gordita darse un chapuzón, ponga de fondo Plastic Beach, el nuevo disco de Gorillaz cuya música lo llevará a otra dimensión de colores y sonidos, un viaje lisérgico de mucha vida.


Plastic Beach, el tercer disco de la agrupación animada (los cuatro integrantes de Gorillaz son caricaturas de personajes post-humanos: 2D, Noodle, Russel y Murdoc), que se hace acompañar de diversos músicos de los más variados estilos, es un disco en que predomina un rap suave, las vocalizaciones predominantemente agudas son invadidas por colores más graves, y los sintetizadores generan una atmósfera virtual digna de ser bailada.


Paradójicamente, de la animación emerge un Damon Albarn más real, alejado de la faramalla artística, que se concentra en su música y por lo mismo se despliega a sus anchas: Albarn escribió las canciones, produjo el disco, canta, e invitó uno por uno a los músicos que colaboran en este disco, entre los que destacan Snoop Dogg, De La Soul, Lou Reed, y Mick Jones de The Clash.


Menos pop que los dos discos anteriores de Gorillaz, Plastic Beach es más violento y oscuro y también más alocado y más cargado de ironía: la isla tropical en donde los Gorillaz pasan el tiempo hace alusión a una “bahía de plástico” de desechos industriales.


Track por track


Orchestral Intro: Música de orquesta más un fondo de olas de mar nos ponen a tono para lanzarnos a una aventura.


Welcome to the World of the Plastic Beach: Snopp Dog da la bienvenida al mundo Plastic Beach con un mellow rap (rap meloso) con base de teclado espacial. "The revolution will be televised", presagia Snoop.


White Flag: Sampleos en combinación con un estilo oriental arábigo que la convierte en un rap chistoso y buena onda, para bailarle al novio, o a la novia.


Rhinestone Eyes: Al principio, una pieza nostálgica de la cual emerge el sonido de un láser armonizado y un coro de chicas emocionadas lanzando grititos sobre un beat de lujo.


Stylo: El primer sencillo cuenta con la participación de dos leyendas: Bobby Womack y Mos Def, una pieza con vocales poderosas.


Superfast Jellyfish (con Gruff Rhys y De La Soul): Una de las canciones del tipo al que nos tenía acostumbrados la banda, una pieza entre el rap y el surf para sonreír.


Empire Ants: Una de las mejores canciones del disco, romántica y etérea, más cargada a la melancolía del Albarn joven (esperemos no le dé el entusiasmo psicodélico que se comió incluso a Billy Corgan). Tras más de dos minutos de canción, la caja de ritmos emula un juego de video, como si nos invitara a entrar en una dimensión Mario BROS, y a la vez emerge la melodiosa y bella voz de la vocalista de Little Dragon, la sueca-nipona Yukimi Nagano. Un deleite.


Glitter Freeze (con Mark E Smith): Para no perder la onda, una canción muy cercana a las bases que usan los músicos de Ratatat. Para correr eufóricos por la calle.


Some Kind of Nature: Por fin Lou Reed hace su aparición con una canción buenísima. La invitación a un icono de la música a virtualizarse, y él acepta con generosidad.


On Melancholy Hill: Contiene uno de los riffs más logrados y difíciles de olvidar de este disco, canción netamente pop para extrañar con todo.


Broken: Una canción en la que reverberan los tiempos del Demon Days.


Sweepstakes: El dub aparece con todo su poder en la voz de Mos Def, más la algarabía de instrumentos metales que descontextualizan al género, una mezcla interesante.


Plastic Beach (con Mick Jones y Paul Simonon de The Clash): Como pieza de soundtrack de película de Tarantino, el bajo galáctico introduce una secuencia de atmósferas cósmicas.


To Binge: La voz de Nagano nos hipnotiza de nuevo, tal vez porque es la única que aparece encajar a la perfección con ese mundo de animación (anime-japoneses, ¿obvio, no?). Una canción lentita como antesala del fin.


Cloud of Unknowing: Womack llega como un remolino con esa voz que imposta todo lo humano para decirnos que son más que caricaturas. Una de las mejores canciones del disco, tanto por la letra cuanto por el poder dramático que encarna, la melancolía nos acurruca para salir victoriosos del sueño.


Pirate Jet: La despedida. El círculo se ha completado. Volvemos a la playa. Seguimos viviendo.


http://www.youtube.com/watch?v=5w_upzACEVo



OnePlusYou Quizzes and Widgets
Created by OnePlusYou