Tecnocultura, Naief Yehya, Tusquets

domingo, 28 de diciembre de 2008

La nueva ópera es el videojuego



Los videojuegos son la nueva ópera porque conjugan varios elementos como acción, drama, narrativa, música y gráficos de una complejidad tal que el periodista Naief Yehya confiesa quedarse anonadado: "No puedo jugar, no sé en qué cabeza cabe crear esa complejidad", dice en entrevista al respecto de la publicación de su nuevo libro de ensayo Tecnocultura (Tusquets,$279) en el que reflexiona sobre cómo las nuevas tecnologías a una velocidad acelerada han modificado la forma en que el ser humano aprehende la realidad.

"Lo impresionante no es solamente la resolución, sino también que esos videojuegos son, la mayoría, hipercomplejos. Hay videojuegos que están creados de manera conductiva pero otros no, esos se disparan al infinito, de forma que no sabes hasta donde puedes a llegar, como el caso del videojuego Sim City que me parece maravilloso porque es un terreno que tú defines y no encuentras límites."

"Así como el cine empezó siendo un teatro filmado hasta que adquirió un lenguaje propio para convertirse en un arte, yo creo que estamos ante medios que están al borde de eso, que estamos viviendo ese momento fabuloso de transición y es un gran privilegio poderlo presenciar."

"Con la aparición de Internet se dio un regreso a la palabra escrita. La gente volvió a escribir, sobre todo los chavos, ya no por obligación de hacer la tarea sino por pura voluntad. Ellos empezaron a crear un lenguaje e incluso a desarrollar una especie de tipografía cibernética al crear nuevos códigos que se han vuelto universales. Nosotros, los más grandes, esto lo hemos visto con pavor y hemos dicho: ¡Es el fin de la cultura! ¡Se acabó la literatura! Pero siento que ellos están creando su propia cultura y literatura, están estableciendo nuevos paradigmas y qué bueno que sea así."

"Hoy en día, las generaciones más jóvenes simplemente tienen un mejor entrenamiento al respecto del multitasking, al respecto de vivir sumergidos en este estado de atención dividida. Ya la noción de enfoque que tienen es completamente diferente a la nuestra, por lo mismo se relacionan de forma diferente con la cultura y con las personas."

"Sin duda, esa condición de la atención dividida va a ser uno de los elementos principales de un nuevo hombre que parece confeccionarse en este inicio de siglo, un ser mediatizado que nosotros ya empezamos a ser de algún modo, aunque guardamos bastante nostalgia."

Los jóvenes están creciendo y cada vez más con una serie de tecnologías "incorporadas" a su cuerpo, como si fueran tentáculos. Las que en su libro llama "tecnologías transparentes", entre las que se cuenta los teléfonos celulares, ya indispensables para nosotros.

La tecnología se ha metido en la vida privada, hasta el espacio íntimo de los individuos. Yehya menciona en el libro, “Internet nos ha conferido un poder sin precedentes sobre la información pero a la vez nos ha convertido en sujetos permanentemente vigilados”.

"Además, el proceso tecnológico es complejo ya que por un lado existe un consumo feroz, y, por otro, una dependencia de lo que estos servicios nos proveen, generando adicción a ver el correo, las noticias, conectarnos al Messenger, actualizar nuestro Facebook", dice el entrevistado.

"Esta dependencia es una patología ya que afecta todas las relaciones que entablamos con el mundo y con otras personas."

"Sin embargo, tienes esta enorme riqueza que te ofrece el poder acceder a información y entretenimiento, y encuentras oportunidades de conocerte y desarrollarte que antes no tenías". Aunque, como acepta en el libro, actualmente
"vivimos obsesionados por entretenernos hasta la muerte".

"A nuestro cerebro le gusta tener estos estímulos y qué mejor que dárselos, porque los estímulos también son aprendizaje. Quién sabe, a lo mejor las dos plataformas, la real y la virtual, son igualmente válidas y ¿por qué no? tal vez la virtual lo es más. Y si es así, cuando crees estar sometido, a lo mejor no tanto. Creo que también tienes una posibilidad para nutrir la ilusión y los estímulos."

"Debemos considerar que somos los animales que han creado tecnología y cultura y que nos hemos relacionado con estas desde que somos seres humanos porque el hombre no podía subsistir sin las herramientas. Pero cuando la tecnología se convierte en algo epidémico y epidérmico, es cuando nos convertimos en una sociedad tecnocultural."

Tecnocultura es un libro que intenta "combatir los prejuicios y exorcizar los fantasmas que elaboramos alrededor de las tecnologías. Lo cual es difícil de hacer, ya que en nuestra época, la tecnología se ha transformado en un fin en sí mismo, y ha perdido en parte la noción de utilidad para adquirir este elemento sexy, vanguardista, elegante, que denota estatus y poder y que todos queremos tener."

"Si bien la promesa de la tecnocultura ha sido desaparecer todas las dudas;en el fondo sabemos que las grandes respuestas siguen lejos de nuestro alcance."

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